Desconfianza en Hortaleza: "¿Tirar el Palacio de Hielo? No me parece factible"

  • La sentencia obliga a demoler el edificio de Hortaleza.
  • Vecinos y comerciantes no creen que el Ayuntamiento la cumpla.
Puerta principal del Palacio de Hielo
Puerta principal del Palacio de Hielo
JORGE PARÍS
Puerta principal del Palacio de Hielo

Nadie en la calle Sacelidas (frente al Palacio de Hielo de Hortaleza) confía en ver ejecutada la reciente sentencia que obliga al Ayuntamiento de Madrid a derribar el edificio por exceso de volumetría y otras muchas irregularidades urbanísticas.

A mí me han revalorizado el piso, pero entiendo a los vecinos de enfrente
"A mí me han revalorizado el piso, pero entiendo a los vecinos de enfrente, los han arruinado y no lo van a tirar", dice M.ª Carmen Padilla, cuya vivienda está en segunda línea (en la calle Patricio Aguado) y sigue disfrutando de las vistas y la tranquilidad de las que desde 2003 carecen otros.

Fue entonces cuando en terrenos municipales se levantó una ingente mole de color azul con la promesa de albergar la pista de hielo más grande de Europa y un recinto exclusivamente deportivo. Seis años después, el vecindario vive encajonado por un "ruidoso" centro comercial, imán para el tráfico, donde el único guiño al deporte es una pista de patinaje que ocupa el 1,8% de la superficie total y un centro de fitness recién inaugurado.

Comerciantes tranquilos

La nueva sentencia (que anula una anterior que daba validez a la construcción) no ha causado intranquilidad dentro del recinto, donde tiendas y restaurantes seguían ayer con su rutina. "¿Demolerlo...? Lo veo poco factible", explicaba M.ª Luisa a la puerta de la mercería que regenta. No obstante, por si las moscas, añadía: "Si lo hacen... tendrán que indemnizarnos, ¿no?".

Tras las dos sentencias contradictorias sobre si hay que demoler o no el edificio, el Ayuntamiento de la capital acudirá al Tribunal Superior de Justicia, que tendrá la última palabra.

En primera persona

  • Laura Delgado, 25 años. "No lo van a derribar", sospecha esta joven vecina que vive a tan sólo 300 metros del centro comercial. Sabe que hay muchos "intereses en juego" que están por encima "del ruido y los problemas que soportan los vecinos".
  • Carlos Harold Tangarife, 56 años. "No tengo vistas", lamenta este inquilino del número seis de la calle de las Sacelidas. Lleva tres años en la casa y asegura que, a pesar del palacio, "si fuera a renovar el contrato no dejaría de hacerlo. No lo veo tan grave".
  • Ivone Silva, 33 años. "Me quedaré en paro", es lo primero que piensa la encargada de la tienda de golosinas anexa a los cines, que aún no ha recibido noticias sobre la nueva sentencia. "Lo sabrá el dueño, pero de momento no nos han dicho nada", afirma.
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