Que el presidente de EE UU John F. Kennedy no era un santo varón que tenía ojos sólo para su elegantísima esposa Jackie Kennedy es vox pópuli. Conocido es su sonado romance con la rubia Marilyn Monroe, pero no tanto el affaire que mantuvo con la que fuera becaria en la Casa Blanca Mimi Beardsley (foto de la izquierda), que durante 40 años mantuvo en secreto su relación con el presidente.

Fue una biografía del ex jefe de Estado (J. F. Kennedy, una vida inacabada, de Robert Dallek) la que descubrió que al igual que años después Bill Clinton con Mónica Lewinsky, Kennedy mantuvo relaciones sexuales con una joven, delgada y guapa estudiante en prácticas de la oficina de prensa de la Casa Blanca a lo largo de 18 meses.

"Tenía 19 años, era muy joven, muy ingenua y muy inocente", dijo Beardsley cuando se descubrió su historia.

La chica, que posteriormente se casó, se divorció y se volvió a casar, es ahora una señora de 66 años, madre de dos hijas y abuela de cuatro nietos, que reside en Manhattan y que ha trabajado en una iglesia presbiteriana.

Ni sus padres ni sus hijos supieron de su relación con J. F. K. durante cuatro décadas. Ella ahora, según The New York Times, prepara Érase una vez un secreto, un libro en el que habla de la "pérdida de la inocencia" y relata las consecuencias de mantener un secreto de tal envergadura casi toda una vida. Ramdom House ha comprado ya los derechos del libro.