Francia –con más de 6.000 emigrantes–, Argentina, Alemania y Suiza. Estos cuatro países son los que eligen mayoritariamente los malagueños cuando deciden cambiar España por otro territorio.

Casi 35.000 (34.723) paisanos constan como establecidos fuera de nuestras fronteras y también optan por el Reino Unido (1.886), Brasil (1.807), Venezuela (1.315) o EE UU (1.135), según el INE (datos de 2009).

Son más del doble los que se quedan en la UE que los que viven en toda América (8.078 frente a 3.398), algo contrario a los datos nacionales (1.471.691 españoles en el mundo), que reflejan mayor presencia en Suramérica (868.564 frente a 560.408).

Como explica el profesor de Geografía Humana Alfredo Rubio (UMA), este fenómeno, que no cuenta millones de personas si no miles, se debe a multitud de causas. «Históricamente, cuando nos fuimos es porque no podíamos vivir aquí. Ahora, que tenemos un estado del bienestar, no pasa eso», matiza.

Su impresión es que tantos viajes a Europa tienen que ver con la apertura del mercado laboral. Además, reconoce que existen investigadores que se han trasladado a Europa y, sobre todo, a EE UU, y que con Argentina «hay una visión de que va a ser un lugar de oportunidades en los próximos años».

Un aspecto curioso de la estadística señala que de los casi 35.000 malagueños, más de 19.000 son de origen extranjero, es decir, nacieron fuera de España, después se nacionalizaron (y vivieron en Málaga) y finalmente se alejaron de nuestras fronteras. Rubio lo explica desde la experiencia que él conoce: «Hay extranjeros que se han trasladado a trabajar aquí por las condiciones ambientales y que se han vuelto a sus países cuando ha cambiado el medio, por ejemplo, por el avance del urbanismo».

VIVE EN ARGENTINA

Joaquín Fernández. Gerente inmobiliario. «Me atrajo aprender de un mercado distinto» «Lo que más me atrajo del proyecto en Buenos Aires fue el componente internacional que conlleva: desarrollar habilidades aprendidas y tener la oportunidad de conocer un mercado muy distinto. La crisis en Argentina no va a ser tan prolongada como en España. A nivel personal, estoy muy contento de haber tomado la decisión».