En España se castiga a los niños física y psíquicamente hasta de 20 formas diferentes

Pellizcar, gritar, insultar y humillar son formas de violencia contra los niños habituales y casi idénticas en todo el mundo, según un estudio realizado en 14 países por Save the Children, que ha identificado y detectado en España una veintena de castigos físicos y psíquicos sobre los menores.

En la presentación del informe "Amor, Poder y Violencia", suautora y responsable de los programas de violencia e infancia de laONG, Pepa Hornos, y el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid,Pedro Núñez Morgades, reiteraron su petición de que se modifique el "ambiguo" artículo 154 del Código Civil, que afirma que "los padres podrán corregir razonada y moderadamente a sus hijos".

En noviembre de 2004, el Ministerio de Trabajo y Asuntos Socialespropuso a Justicia la reforma legal de ese artículo, que según NúñezMorgades debería añadir la frase: "siempre que no sea con un castigo físico o dañe la dignidad del menor".

El estudio hoy difundido por Save the Children es el resultado de unanálisis comparativo en catorce países (Perú, Bolivia, Argentina,Venezuela, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, India, Tailandia, Vietnam,Camboya, Hong Kong, Laos y España), donde Hornos impartió entre 2003 y2004 una serie de talleres para la eliminación del castigo físico ypsíquico a los niños, con la asistencia de más de 3.300 personas. "

Todos los participantes en los talleres estaban convencidos de quelos castigos eran pautas propias de sus culturas y no del resto delmundo, sin embargo de las 35 formas de castigo físico y psíquicoencontradas 21 son universales: se pega igual en Perú o en Vietnam"explicó sorprendida la responsable de la ONG.

Entre estas castigos figuran las bofetadas, el azote o nalgada,sacudir, dar patadas, golpear con una regla o cinturón, el tirón depelos y de orejas, el insulto, el grito, la humillación pública,culpabilizar, los motes, la comparación con otras personas, la mirada,el rechazo o la ignorancia y el silencio.

Castigos erradicados

En algunos países de América Latina y del sureste asiático sehallaron formas de violencia que ya no se dan en España, tales como pegar con ramas de árbol o cadenas, romper los libros de los niños, hacer correr desnudo a un niño alrededor de la casa, obligar al menor a pegarse a sí mismo hasta que deje de llorar o introducirle en baños calientes y fríos, informó Hornos.

En España, coincidieron en afirmar la responsable de la ONG y NúñezMorgades, los castigos físicos y psíquicos ya sólo se dan en el hogar yson "absolutamente puntuales en los colegios".

Los castigos más comunes en España son la bofetada, golpes en lacabeza, humillar públicamente, encerrar a oscuras, poner de cara a lapared, ridiculizar, indiferencia, sacudir, insultar, golpear con reglay cinturón, pellizcar, amenazar o hacer comparaciones con los hermanos,entre otros Hornos se preguntó qué tipo de educación se estáproporcionando a los niños cuando se observa que un alto porcentaje "algo normal" ser golpeado por los padres, y se interrogó por qué se sigue permitiendo y legitimando esta práctica en la sociedad española.

En la misma línea, Núñez Morgades manifestó que la respuesta a estetipo de actitudes y prácticas perniciosas para el niño es la educación,"se tienen que erradicar del seno de la familia, donde aún es muycomún".

"El cachete no es pedagógico" sino que hace dañotanto al niño como a los padres, insistió el Defensor del Menor de laComunidad de Madrid, que abogó por la conciliación de la vida laboral yfamiliar para que los padres puedan prestar la atención debida a sushijos.

En 2004 Save the Children desarrolló una consulta en coordinacióncon la Plataforma de Organizaciones de Infancia y la Dirección de laFamilia del Ministerio de Asuntos Sociales, que concluyó que el 46 porciento de los niños consideran innecesario pegar para educar, pero un 47 por ciento opinaba que sus padres tenían derecho a pegarlos.

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