Cualquiera lo diría, pero a su edad, Carmen Izquierdo, 79 años, puede presumir de saber más de ordenadores que muchos oficinistas. Ella, que jamás había visto Internet, decidió un buen día, tras jubilarse, que tenía que aprender informática "porque siempre tengo que estar haciendo algo".

Así que se apuntó a un curso de la Obra Social de La Caixa en Madrid. Con el paso del tiempo, Carmen adquirió tal destreza que ahora es ella la que ayuda a los mayores y discapacitados de su centro a manejarse con las computadoras.

"Lo del chat no me gusta mucho, pero me sirve para contactar con mis familiares. A veces regaño a mis nietos por el Messenger si les pillo chateando hasta tarde y les mando de vuelta a la cama", dice esta ciberabuela (que es como la han empezado a llamar).

A pesar de las pequeñas broncas que les puedan caer a sus nietos, Carmen reconoce que ella también trasnocha navegando por Internet: "Miro el tiempo, la Bolsa... también cuando me hago una fotografía me meto en el ordenador y me quito las arrugas con el Photoshop".

Pero que nadie se lleve a engaño. Carmen tampoco se pasa el día enclaustrada ante la pantalla. De hecho, muestra una vitalidad digna de elogio: "Me apunto a todo tipo de cursos: pintura al óleo, escritura japonesa... Pero cuando más disfruto es cuando voy al centro a ayudar a los alumnos de informática. Disfruto mucho, sobre todo con los sordomudos, que son los que más lo agradecen".