La costumbre de renovar los votos matrimoniales se está convirtiendo en una práctica habitual en el mundo de las celebrities, un entorno en el que precisamente escasean las relaciones sólidas y duraderas.

Si el año pasado trascendía que David y Victoria Beckham habían celebrado una reboda dos años antes tras siete de matrimonio, el pasado mes de octubre Jennifer López y Marc Anthony se volvían a dar el "sí, quiero" ante un reverendo y rodeados por amigos cercanos.

Ahora, son la supermodelo Heidi Klum, embarazada de cuatro meses, y su marido  Seal quien han decidido mostrar al mundo entero que su amor sigue viento en popa: la pareja renovó sus votos este fin de semana en una divertida fiesta de disfraces en Malibú en la que la modelo no dudó en lucir tripa, según ha informado la revista People.

Casados desde hace cuatro años, Klum y Seal convocaron convocaron a sus amistades bajo la temática White Trash, como se denomina a los estadounidenses blancos de clase más baja. Así, los invitados, entre los que se encontraban los actores Debra Messing y Matthew Perry, acudieron vestidos con ropa veraniega e informal, pelucas, bisutera de plástico, y maquillaje extravagante.

Klum se vistió de novia, aunque de una manera bien diferente a como lo hizo hace cuatro años, con un pelo trenzado al estilo afroamericano, maquillaje con purpurina, y uñas postizas de plástico, en una imagen que recuerda a la que hizo famosa Bo Derek en los años 80.

Su marido, que es totalmente calvo, eligió una exhuberante peluca morena con mechas doradas y una camiseta con la bandera estadounidense.

A la fiesta, que se celebró en casa de unos amigos, junto a la playa, acudieron unos 100 invitados, y se sirvió comida y bebida mexican.

La pareja reveló hace poco que estaban esperando una niña. Ya tienen dos hijos, Henry Günther, de tres años, y Johan Riley, de dos, a los que se suma Leni, una niña de cinco años fruto de la relación anterior de la modelo con el empresario de Formula 1 Flavio Briatore .