El Papa Benedicto XVI comenzó el viernes su andadura por Tierra Santa. En la primera etapa de su viaje se encuentra visitando la capital del reino de Jordania, Ammán .
A dos días de su visita a Israel, el Papa ha tendido la mano a los judíos y ha abogado para que su peregrinación a los Santos Lugares pueda ayudar a "superar todos los obstáculos que se interponen en la reconciliación entre cristianos y judíos".
En el que ha sido el segundo día de su viaje, Benedicto XVI ha visitado la moderna mezquita Rey Husein bin Tala de Ammán, en otro intento por mejorar sus relaciones con el mundo islámico. Unas relaciones bastante deterioradas después de que en 2006 formulara un discurso que causó graves daños a su imagen, e instó a cristianos y musulmanes a defender juntos la religión de la manipulación política.
Dirigiéndose al Papa,
En declaraciones durante la visita a la mezquita, el líder católico buscó una nota de armonía y de buenos propósitos entre las dos religiones más grandes del mundo, continuando con el tema principal de su viaje a Oriente Próximo.
El Papa dijo que, aunque nadie puede negar una historia de tensiones y divisiones, cristianos y musulmanes debían impedir "la manipulación de la religión, algunas veces para fines políticos"."Ese es el real catalizador de tensión y división, y a veces hasta de violencia en la sociedad", aseveró.
Preocupado por la influencia negativa del mundo del espectáculo
Continuando con lo previsto en el itinerario, el Papa llegó después a la catedral greco-melquita (católicos de rito bizantino) de San Jorge.
Los católicos de Tierra Santa están repartidos entre la Iglesia Latina, la más numerosa de todas, el patriarcado Greco Melquita, el Maronita, el Armenio, el Sirio, el Caldeo y el Armenio. Son iglesias de rito oriental, pero en comunión con Roma.
En esa línea, ha querido expresar su preocupación por las "influencias negativas" del mundo del espectáculo, que, según ha dicho, "despiadadamente explota en nuestro mundo globalizado la inocencia y la sensibilidad de los jóvenes y de las personas más vulnerables".
Un lugar para el reencuentro entre cristianos y judíos
El Papa insiste en manifestar el deseo por superar todos los obstáculos que se interponen en la reconciliación entre los cristianos y los judíos. Así lo manifestó en el Monte Nebo, a 35 kilómetros de Ammán, donde según el libro sagrado Deuteronomio, Dios permitió a Moisés ver la tierra prometida aunque no pudo entrar, ya que murió antes y en su lugar lo hizo Josue.
"Es justo que comience aquí, en esta montaña, mi peregrinación a los Santos Lugares, ya que el magnífico escenario que se ve desde aquí refleja el gran plan de salvación que Dios había preparado para su pueblo", dijo el Papa.
El Obispo de Roma agregó que la antigua tradición de peregrinar a los Santos Lugares "nos recuerda el inseparable vínculo que une a la Iglesia y al pueblo hebreo".
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