La crisis económica siempre azota a los más débiles y los inmigrantes suelen ser ese eslabón. Sin arraigo familiar generacional, con pocos recursos y la necesidad de enviar dinero a los que quedaron en sus países, cuando no hay trabajo las razones que los trajeron a España se diluyen en la desesperación y regresan al punto de partida.

Cruz Roja Granada está desbordada ante el aluvión de peticiones de inmigrantes (con o sin documentación) que piden volver a sus países de origen.

«En 2007 tuvimos 54 solicitudes y sólo 11 regresaron, en 2008 la cifra comenzó a subir, sobre todo desde agosto, con 199 solicitantes y 36 retornos finalizados. Sin embargo, 2009 nos ha superado. Sólo en los cuatro primeros meses hemos tenido 150 solicitudes y 99 retornos realizados. La cifra se ha multiplicado por ocho», explica Pilar Martínez, responsable del Programa al Inmigrante de Cruz Roja Granada.

La mayoría de los que han decidido regresar a través del Programa Humanitario son bolivianos (40), seguidos de Argentinos (33), ecuatorianos (5), chilenos, brasileños, rusos y guatemaltecos.

«La razón principal es que, aunque algunos llevan tres años en España no pueden lograr el permiso de residencia porque no tienen trabajo y no pueden trabajar porque no tienen permiso. Así que es una pescadilla que se muerde la cola y más en tiempos de crisis», apunta Martínez.

Generalmente son hombres los que se vuelven, por ser los primeros que llegan, «pero últimamente -continúa- estamos recibiendo peticiones de familias enteras que ya no tienen dinero para mantenerse aquí».

El programa de Cruz Roja les paga el billete de avión y les entrega 400 euros para comenzar de nuevo en su país. El requisito es no ser ciudadano de la Unión Europea y llevar al menos seis meses residiendo en España. Los que se van se comprometen a no volver en los próximos tres años.

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