Una ministra alemana se ampara en una mariquita para prohibir los transgénicos

  • Los daños producidos al insecto, la causa.
  • La prohibición ha suscitado polémica en el país europeo.
  • La ministra de Investigación del Gobierno, Annette Schavan, se ha pronunciado en contra de la prohibición esta misma semana.
Ilse Aigner, ministra de agricultura alemana.
Ilse Aigner, ministra de agricultura alemana.
EFE
Ilse Aigner, ministra de agricultura alemana.

La ministra alemana de Agricultura, Ilse Aigner, se ampara en los daños causados en un tipo de mariquita para defender su prohibición del maíz transgénico, dictada esta semana y criticada desde las propias filas del Gobierno de la canciller Angela Merkel.

El maíz del tipo MON 810 del consorcio estadounidense Monsanto -único autorizado en la Unión Europea (UE)- "es perjudicial para la mariquita y también para la pulga del agua", apunta Aigner, en una entrevista que publica este domingo  Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung.

Así lo documenta un reciente estudio, insiste la ministra, y pese a que no se ha determinado por el momento que también sea dañino para el ser humano, queda claro que "perjudica al medioambiente".

La mariquita del maíz, concretamente la especie roja con dos puntos, se ha convertido en una gran aliada de Aigner en su decisión, que define como "no política, sino pragmática", frente a las críticas de algunos colegas de gabinete y correligionarios conservadores.

La ministra de Investigación, Annette Schavan, se ha pronunciado en contra de la prohibición, por considerarla poco fundamentada científicamente, y argumentado que, en tiempos de crisis económica, hay que apostar por el progreso y las nuevas tecnologías.

El primer ministro de Baja Sajonia y vicepresidente de la Unión Cristianodemócrata (CDU), Christian Wulff, ha instado al gobierno de su correligionaria Merkel a reconsiderar una decisión que, dice, pone en entredicho la investigación transgénica de Alemania.

Aigner responde que comunicó oportunamente su decisión a la canciller y que se siente respaldada en ésta por el presidente de su partido, la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), Horst Seehofer. Frente a las presiones de sus propias filas, la ministra tiene el apoyo del ciudadano.

Según una encuesta del instituto Emnid, un 78 por ciento de los alemanes es partidario de la prohibición del maíz transgénico, frente a un 16 por ciento que la rechaza. Aigner decidió esta semana prohibir el cultivo del maíz MON 810, autorizado en la UE desde 1998 y que en 2008 ocupó cerca de 3.600 hectáreas de los cultivos de Alemania.

La medida fue elogiada por ecologistas y asociaciones ecologistas, que llevaban meses manifestándose y ha sido bien recibida por la Federación alemana para el Medio Ambiente y la Naturaleza (BUND) y los opositores Verdes y la Izquierda.

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