Hay alumnos que faltan a clase porque quieren y otros porque no les llevan al colegio. El Consistorio seguirá de cerca a estos últimos. Normalmente son niños de Primaria pertenecientes a familias desestructuradas.
Los Servicios Sociales municipales intervendrán para intentar evitar el absentismo y la exclusión social del menor y de la familia. En casos de desprotección infantil se separará al menor de sus progenitores.
"El trabajador social de la zona estará en contacto con el jefe de estudios del colegio" y con esa coordinación se intentará atajar el absentismo, explicó ayer la concejala de Educación Isabel Pérez Espinosa que presentó un nuevo programa de intervención en el absentismo escolar.
Se centra exclusivamente en niños de entre 6 de 16 años (hay 16.620 escolarizados). Les vigilarán los profesores, los trabajadores sociales y la Policía, que controlará las zonas donde se suelen reunir los niños que no van a clase.
El año pasado, se abrieron 73 expedientes y 44 eran de menores de 16. Se resolvieron 16, el 22%. Muchos de los absentistas son reincidentes por lo que este año algunos de los que no fueron a clase el curso pasado tampoco están yendo ahora. Este curso se han abierto 65 expedientes a alumnos que faltan al colegio, 44 eran menores de 16.
Los de 16, fuera
Quedan fuera de este nuevo plan los mayores de 16 años. El Consistorio considera que muchos de los que no van a clase con esa edad es porque no quieren.
Por eso, de ellos se ocuparán los propios centros y si detectan que los chavales piran porque no quieren estudiar, se les dará una orientación para que busquen trabajo o hagan algo que les interese más.
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