Un nuevo seísmo de 5,6 grados de magnitud siembra el pánico en el centro de Italia

  • El terremoto del lunes en L'Aquila ha dejado ya 235 víctimas mortales.
  • Han rescatado a una estudiante que pasó 23 horas bajo los escombros.
  • Un bombero muere agotado. Hallan los cadáveres de cuatro alumnos.
Gente entre los escombros producidos por el terremoto que sacudió el centro de Italia.
Gente entre los escombros producidos por el terremoto que sacudió el centro de Italia.
Massimiliano Schiazza/EFE
Gente entre los escombros producidos por el terremoto que sacudió el centro de Italia.

Un seísmo de 5,6 grados de magnitud en la escala de Richter ha sacudido nuevamente este martes la ciudad italiana de L'Aquila. La réplica, de un calibre similar al terremoto que hizo temblar el centro de Italia la madrugada del pasado lunes cobrándose la vida de más de doscientas personas, ha llegado a sentirse también en Roma, según informa la agencia publica estadounidense para los terremotos.

Según informa la Agencia Ansa, el nuevo temblor ha derribado algunas estructuras y ha hecho caer partes de la iglesia de las Almas Santas en la Plaza del Duomo de L'Aquila, cuya cúpula estaba parcialmente derruida. En un principio se informó de que al menos una persona había perdido la vida, pero los bomberos lo han desmentido.

Este nuevo terremoto registrado a las 19.42 hora local (17,42 GMT) de este martes se produjo a 13,1 kilómetros de profundidad y a 70 kilómetros al oeste de la ciudad adriática de Pescara, en la región de Los Abruzos, epicentro de la tragedia que afronta Italia estos días con 235 muertos, 1.000 heridos y 17.000 evacuados.

No ha sido la única réplica. Al final de la jornada, a las 23.30 horas, se registró un nuevo terremoto de 3,8 grados de magnitud en la escala de Richter, según la Protección Civil italiana.  Tuvo su epicentro a 70 kilómetros al oeste de la ciudad de Pescara, en la costa adriática de la región de Los Abruzos.

Serie de temblores

Por la mañana se registro otra, de 4,5 grados en la escala de Richter; anteriormente, se habían registrado otros dos nuevos seísmos durante la madrugada que hicieron saltar las alarmas.

El primero se produjo a las 23.57 en los alrededores de las ciudades de L'Aquila, Barreto y Scoppitto y con una magnitud de 3,8 grados. Poco más de una hora después la tierra volvió a temblar también en esta ciudad, tras una nueva sacudida mayor que la anterior, de 4,8 grados en la escala de Richter y que se sintió sobre la 1.15 de la madrugada.

La única farmacia que permanecía abierta en la ciudad ha cerrado tras las réplicas de terremoto registradas esta mañana. También, la gente que se encontraba en la única panadería abierta cerca del campo de atletismo, ha salido corriendo, mientras se oía el ulular de las sirenas de las ambulancias que se dirigían hacia el centro de la ciudad.

Pánico y desesperación

Los habitantes de L'Aquila viven en un verdadero estado de pánico y desesperación ante la devastación de la ciudad y la posibilidad que se repita otro fuerte terremoto. El primer ministro Silvio Berlusconi ha asegurado en L'Aquila que el balance oficial de víctimas mortales del terremoto asciende ya a 228 personas, y explicó que se ha conseguido rescatar a 150 personas con vida de entre los escombros.

Ese fue el caso de Marta Valente, una

estudiante de 24 años que fue rescatada con vida durante la madrugada de un edificio del centro de L'Aquila, tras pasar
23 horas bajo los escombros. "Fue un rescate muy delicado. Había vigas que eran un peligro y tenía las piernas bloqueadas", explicó un médico que participó en su rescate.

Peor suerte corrieron
cuatro alumnos desaparecidos cuyos cadáveres han sido encontrados entre los escombros de la Casa del Estudiante, destruida tras el terremoto.
Un bombero fallecido

Otra nota amarga la ha puesto el caso de Marco Cavagna, un
bombero de Bergamo, en el norte del país, que
murió este lunes por la fatiga derivada de las labores de rescate de las víctimas del terremoto. Cavagna, de 50 años, había salido con la primera escuadra de bomberos de esta ciudad dirigidos a L'Aquila, un viaje que duró 10 horas.

Una vez llegados al lugar de la catástrofe, los miembros de las
fuerzas de rescate pasaron brevemente por el Centro del Comando instalado detrás del hospital de L'Aquila y se dirigieron de inmediato a realizar
labores de desescombro
. Según los demás miembros de su equipo, fue mientras buscaba entre los escombros precisamente de la Casa del Estudiante, cuando Cavagna "se sintió mal". El bombero fue trasladado al hospital de Pescara, situada a unos 100 kilómetros de L'Aquila, donde falleció.
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