El cambio climático está trastocando ya los planes de los agricultores de la comunidad. Si antes tenían bien calculado el momento en que recogían sus productos, ahora todo ha cambiado. Así lo revela un estudio encargado por la Consellería de Medio Ambiente, que muestra que ya se están evidenciando adelantos de más 30 días en la maduración del maíz y retrasos de un mes en la recogida de patatas y cebada.

El impacto en el sector agrícola es tal, explicó ayer el conselleiro en funciones, Manuel Vázquez, que no sólo afecta a la materia prima, sino también al producto final. Ése es el caso del vino.

Los estudios elaborados por científicos universitarios lo dejan claro: en los últimos 30 años las vides florecen 19 días antes, maduran también con 18 días de antelación y se recogen casi un mes antes de lo previsto. Y todo ello afecta, por lo tanto, a la calidad de los diferentes caldos que se producen en los cultivos gallegos.

El «cambio de patrón climático», dice la Xunta, no sólo se nota en la tierra, sino también en el aire. La temperatura media de Galicia ha subido hasta en 1,5 grados desde los años 70, a una media de medio grado por década. Y los gallegos lo notan. Los inviernos son cada vez más secos, los otoños más lluviosos, en verano no está asegurada la playa y ahora, en plena primavera, muchos han sacado ya la toalla y el bañador para tomar el sol. Incluso en Ourense se alcanzaron la semana pasada 28 grados, la temperatura más alta de Europa.

El «clima loco», como algunos ya han bautizado, pasa así factura a Galicia, donde se están empezando a plantar olivos. Con todos estos datos en la mano, la Xunta ha decidido tomar medidas para convertir a Galicia en una de las primeras comunidades en las que haya un Plan de Acción frente al Cambio Climático, que se presentará la próxima semana y ofrecerá medidas para mitigar las consecuencias.

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