Al final, la polémica concursante del Gran Hermano británico se ha decidido, y ha abandonado el hospital donde llevaba ingresada varios días, para finalmente morir en su casa, cuenta el portal de noticias News Sky .

Jade Goody, de 27 años, y enferma de cáncer terminal, ha regresado a su casa, en Upshire, Essex, acompañada de su marido, Jack Tweed, de 21 años, con quien contrajo matrimonio recientemente.

Según Max Clifford, el publicista de Goody, "Jade está emocionada por volver a su hogar. Es donde quiere estar realmente. Desea mantenerse alejada del dolor lo máximo posible, para tener si quiera un poco de calidad de vida, hasta que no tenga más remedio que dejarnos." La madre de Jade, Jackie Budden, se hallaba en la casa para recibir a su hija.

Clifford añadió que Jade quiere permanecer más tiempo con sus hijos, Bobby, de cinco años, y Freddie, de cuatro. "Quiere aprovechar el tiempo que le queda con su familia y con aquellos que están próximos a ella."

Goody padece cáncer de cuello de útero, enfermedad que la ha consumido por completo y de la que no puede curarse. Hace unos meses, esta ex-concursante del Gran Hermano británico saltó a la palestra porque trató de "vender" la exclusiva de su muerte en directo ante las cámaras, decisión que escandalizó a la opinión pública.

Jade ya era conocida por su mala reputación en el programa de telerrealidad, ya que la tomó con una de las participantes, Shilpa Shetty, a la que dedicó toda suerte de insultos racistas por su procedencia india.

Tras desvelar públicamente su enfermedad, Goody ha decidido aprovechar al máximo el tiempo que le queda de vida, que se estima en apenas unas semanas: se ha casado y ha bautizado a sus dos hijos, tras abandonar la idea, finalmente, de vender su desgracia a las cámaras de televisión. "La telerrealidad tiene un límite", dijo recientemente su representante.