Las desventajas con las que se encontrarán los usuarios es que no se admitirán cambios ni devoluciones, los billetes serán limitados y se determinarán en función de los criterios que establezca la operadora. Estas tarifas favorecerán a los viajeros que estén menos condicionados por los horarios y puedan de este modo ahorrarse un dinero.

Los viajeros de AVE cuentan además con otras dos tarifas de bajo coste, que llevan en marcha algo más de un año, con las que pueden abaratar un poco el precio de sus billetes. Por un lado está la tarifa web, con descuentos del 60% en las compras por Internet. La falta de información en la página web de Renfe dificulta a los usuarios la compra de los billetes, además de que sólo entre un 5 y un 10% de las plazas de AVE se reservan para esta tarifa.

Otra manera de ahorrar es la tarifa estrella, con rebajas del 40%, según las plazas prefijadas, siempre que se compre siete días antes. Sin embargo, por teléfono, conseguir el billete de tren con descuento o no dependerá de si, en el momento en el que se expide, se ha cubierto el cupo de plazas baratas o no.

Antelación y optimización

Así, mientras que con las tarifas Web y Estrella Renfe pretenden incentivar la antelación de compra, con la last minute se persigue optimizar la ocupación de los trenes en las horas previas a su salida. En la actualidad, según sus datos, Renfe vende con tarifa web y estrella hasta el 15% de la oferta total que realiza, que asciende a más de cinco millones de plazas a lo largo del periodo de venta estipulado.

La compañía ferroviaria asegura que el 87,5% de sus clientes viaja con tarifas reducidas (si se suma a las dos mencionadas las de la tarjeta joven, la tarjeta dorada, la de ida y vuelta y las de familia numerosa).