Una vez más, Tom Jones se sube a los escenarios. Con 68 años a sus espaldas, acaba de iniciar

la gira de presentación en EE UU de su último trabajo,

24 hours (EMI), un canto a la vitalidad en el que se ha atrevido hasta a componer. En una de las canciones,

The Road, pide perdón a su mujer por años de infidelidades; su "hábito", como él lo llama. Asegura que cantar es su vida.

Me llaman Tom, como siempre. Pero puedes llamarme como quieras, no me importa…

Mi sueño siempre fue poder cantar y hacerlo bien, aunque nunca sabes el éxito que vas a cosechar en el futuro. Y hoy puedo decir que mi carrera es mucho más grande de lo que nunca pensé, mi vida es plena y feliz. Mis sueños se hicieron realidad muy rápido.

Porque toda mi vida está en él. La necesidad es la madre de toda invención y yo tuve que escribir finalmente las letras del disco porque no me gustaba ninguna de las que me ofrecían. Puse mucho de mí en ellas; por ejemplo, canciones como

Never explican muy bien la relación que mantengo con mi propia voz.

Si, lo es, es muy emotivo; y además está escrito de manera muy hábil.

Intento ir con los nuevos tiempos, y me gustan artistas como Duffy o Lily Allen, que hacen una música adorable y con letras muy inteligentes. Las viejas canciones no son siempre las mejores, siempre hay cosas nuevas.

(Risas) Soy un hombre casado y no sería apropiado decirlo… pero aprecio mucho los sentimientos de mis fans.

Digamos que los viejos amigos como Frank Sinatra o Elvis, pero también Prince fue muy importante para mí, sobre todo por esa gran canción titulada

Nunca hay que decir de esta agua no beberé… pero cantar es ahora mi vida, me resulta fácil y natural y le dedico todo mi tiempo.

(Risas) Más bien del aire de Los Ángeles, donde llevo viviendo muchos años. También bebo mucha agua, me gusta el buen vino y comer bien, cosas sencillas. Todo eso ayuda.

¿Yo? Todavía no. He escrito las letras de

24 horas y por primera vez he plasmado parte de mi vida y de mis sentimientos. Ese tipo de recuerdos que se pueden contar.