El todoterreno anticrisis ha llegado a España

Tenemos que reconocerlo. No íbamos con una idea preconcebida muy buena para probar este todoterreno de origen indio. Sin embargo, nuestro presentimiento fue completamente erróneo.

Este 4x4 anticrisis, como lo llama la misma marca, acaba de renovar su propulsor aumentándolo hasta los 140 CV con un 2.200 cc. De esta forma, el motor mejora sus prestaciones y sus consumos.

Enorme por fuera y por dentro

Pudimos probar el Tata Grand Safari 2.2 4x4 de 140 CV. A primera vista se ve que no es un todoterreno típicamente europeo (a pesar  de que fue diseñado en Italia) y es que la marca Tata Motors es de India.

Es curioso cómo muchas personas al ver de lejos este coche por la calle se confundían al preguntarnos si se trataba de un Toyota, sobre todo al fijarse en el logotipo del frontal que, ciertamente, tiene algún parecido con la marca japonesa, aunque nada más lejos de la anécdota.

Su apariencia externa es la de un coche robusto, incluso nos atreveríamos a decir que tiene la presencia de un camión. Sólo hay que ver cómo se retiran de nuestro lado en ciudad los coches ante tal mole rodante (casi llega a las dos toneladas de peso, en concreto 1.950 kg). Sus dimensiones asombran: 481 cm de largo, 181 cm de ancho y 192 cm de alto. Varias veces tuvimos que calcular por su altura y anchura si cabía en algún que otro párking público madrileño ya que es difícil acostumbrarse a un vehículo tan alto.Tras los problemas para salir del caos de la ciudad a terrenos más tranquilos, partimos por la A6, dirección Guadarrama.

Llévame a la montaña, por favor

El comportamiento en carretera nos asombró por su aplomo, a pesar de las suspensiones blandas configuradas para absorber cualquier terreno off-road . Teniendo en cuenta su peso y sus dimensiones, este vehículo es fácil de conducir. Sólo hay que prever un poco antes los movimientos que se harán ya que al ser un vehículo más grande y pesado, sus movimientos serán más lentos. El motor de 140 CV se hacía notar en la carretera, aunque precisamente en este punto pecaba por su gran sonoridad.

Cuando llegamos por fin a terrenos más empedrados y escarpados es cuando el 'pequeño' se hizo grande. En cuanto empezamos a cruzar los primeros ríos, parecía que el Grand Safari nos estuviese diciendo "llévame a la montaña, por favor". Su dirección, algo blanda para nuestro gusto, era un poco imprecisa. Una lástima teniendo en cuenta que con este vehículo podíamos ir a bastante velocidad por pistas de tierra que resultaban divertidas de recorrer, cosa que con otro vehículo nos hubiese hecho sufrir.  Cuando la cosa se puso fea, hicimos el parón de 15 segundos de rigor para modificar los parámetros del Grand Safari cambiándolo de un 4x2 a un 4x4 de pura cepa: se cambia en una rueda detrás del volante con las letras 2H, 4H y 4L, siglas cuyo significado es tracción a las dos y cuatro ruedas (H) y la reductora (4L).

El comportamiento off-road fue impecable. Risas nerviosas, cejas esforzadas, dientes apretándose... todo nos indicaba que este 4x4 hacía todo lo que pedíamos fuese cual fuese la dificultad. Así recorrimos casi 50 km, por supuesto con la ayuda de unas enormes ruedas con los símbolos M+S que nos hacían recordar que llevábamos neumáticos preparados para la nieve y el barro, como pudimos comprobar.

Los detalles del anticrisis

Después de una buena panzada de kilómetros recorridos, comimos un buen chuletón. A la vuelta agradecimos los asientos de cuero opcionales que incluía el vehículo. En nuestro estado de somnolencia tras la copiosa comida, tuvimos tiempo para analizar el interior del habitáculo.

Resulta amplio, muy amplio. Sin embargo, estaba poco aprovechado para tener tanta anchura. Echamos en falta más huecos donde guardar las cosas ya que sólo llevaba una pequeña guantera y unos huecos en las puertas muy pequeños en proporción con las dimensiones del Tata. Los asientos traseros resultan muy cómodos debido a su amplitud. Caben hasta tres adultos sin ningún problema tanto en las piernas como en la altura del cuerpo.

Si por algo se llama el coche anticrisis se debe a que ese precio tan comedido se ha conseguido ahorrando calidad en los materiales. Salvo los asientos de cuero (recordamos que eran opcionales), todo lo demás era de un plástico muy pobre. Todo el conjunto se caracterizaba por esta escasez de materiales agradables al tacto.

El puesto de conducción, como la mayoría de los todoterrenos, es muy alto. Nos resultó un tanto incómoda la escasa distancia existente entre el pie izquierdo y el embrague. Cuesta un rato acostumbrarse a éste y a la postura en general. Si pinchamos, tendremos una rueda de repuesto en el portón trasero, que por cierto se abre de forma que si aparcásemos en línea en ciudad no podríamos utilizarlo. Sin embargo, para qué necesitamos la ciudad cuando tenemos campo y un Tata Grand Safari.

En conclusión, si quieres un vehículo robusto, sencillo de manejar, práctico, barato (nos privamos de buenos materiales), Tata Motors ha hecho un gran trabajo con tus gustos por un precio inicial de 16.142 € para la versión 4x2. Moraleja: nunca vayas a probar un coche con una idea preconcebida porque te llevarás una sorpresa.