A sus 33 años, Salva Ballesta se siente de nuevo futbolista. Por fin ha aparcado su calvario con las lesiones y espera seguir contribuyendo con goles a la buena marcha del equipo.
¿Europa es una realidad o un sueño?
Un sueño que intentaremos convertir en realidad.
¿Tuvo muchos ídolos en su infancia?
No era un ídolo, pero me gustaba mucho Hugo Sánchez. En realidad mis ídolos fueron pilotos de la aviación mundial como García Morato.
¿Cuál ha sido la mayor satisfacción de su carrera?
Haber conseguido vestir la camiseta nacional absoluta.
¿Qué ha aprendido de su vinculación con la vida militar?
Honradez, sentido del deber, lealtad a mis principios y admiración por España.
¿Se ha puesto ya fecha de caducidad?
No, pero imagino que 3 o 4 años estaré jugando al fútbol.
¿En el fútbol casi todo se mueve por dinero?
Sí. No cabe duda de que a medida que llegas al final de tu carrera buscas más estabilidad a nivel familiar.Lo de besar el escudo me parece una hipocresía.
¿Qué es lo que más le molesta de este negocio?
Que en muchos aspectos es una gran mentira. Hay mucha hipocresía e intereses. Cada uno va a lo suyo y puedes ser hoy un fenómeno y mañana un inútil.
¿Le han recriminado muchas veces su patriotismo?
No, todo lo contrario, pero hubiera sido triste que en mi propio país tuviera que ocultar eso.
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