Año 2009, siglo XXI. Cuando el objetivo en todo el mundo es eliminar barreras para los discapacitados, el Ayuntamiento de Valladolid las crea en sus propios edificios.

El servicio de licencias y autorizaciones, al que cualquier discapacitado tiene que acudir, por ejemplo, para obtener su tarjeta de aparcamiento, se encuentra en la tercera planta de las oficinas de San Benito y para llegar hasta él, la única vía es superar 20 escalones.

Este servicio municipal fue trasladado a este edificio el 16 de enero (antes se encontraba en las dependencias de la Policía Municipal en la Victoria), debido a numerosas peticiones de vecinos que solicitaban que estuviese en un lugar céntrico, según informó la Concejalía de Urbanismo.

Sin embargo, nadie se percató de que en silla de ruedas o con muletas es imposible acceder hasta esta oficina, tal y como comprobó el viernes 20 minutos con la ayuda de Charo Conde, una mujer que necesita silla de ruedas.

Por eso, cuando alguna persona con problemas de movilidad se dirige a este servicio, la Concejalía ha dado orden para que el funcionario de turno baje a atenderle (primero lo hacían en los pasillos y ahora usan la oficina de información urbanística). Este trabajador debe subir y bajar las tres plantas en varias ocasiones para coger los documentos necesarios o hacer uso del sistema informático.

«No es la solución»

Esta solución, que según el Ayuntamiento es lo único que pueden hacer hasta que exista una ubicación en las plantas inferiores (parece que de momento no va a funcionar), no convence a las personas con discapacidad.

«Nosotros queremos que se nos trate como al resto, ser autónomos. Venir, subir en el ascensor y que nos atiendan, no tener que esperar al ordenanza, a que baje el funcionario, que suba... Hay que ir para adelante, no para atrás», explica Charo Conde.

Un lugar donde no haya barreras

El PSOE hará un ruego mañana en el pleno municipal para exigir de inmediato que se ubique el servicio de licencias en un lugar accesible, de modo que no exista ninguna barrera arquitectónica que impida la normal atención a la ciudadanía.

La concejala, Maite Carbajo, que visitó el edificio y denunció los hechos, considera inadmisible que se creen barreras.

«Esto demuestra que no hay políticas transversales.»

Existe una alternativa. En San Benito se puede subir en ascensor hasta la tercera planta pero da a una zona de archivos estrechos cerrada al público.

Además, para entrar en la oficina luego hay un banzo con cinco escalones.

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