Desde que su marido se impuso en las urnas estadounidenses, la popularidad de Michelle Obama no ha dejado de ir en aumento. Estilistas, investigadores y periodistas estudian y analizan su peinado, sus gestos, su afición por los nuevos diseñadores, su currículum sobresaliente y sus tareas diarias.

Esta semana la revista Vogue se sumaba al nutrido grupo de publicaciones que han recogido los pasos de la primera dama de EE UU y anunciaba que ésta protagonizaría su portada de marzo, como ya hizo en su momento Hillary Clinton.

En las páginas interiores, es otro diseñador, Narciso Rodríguez, quien viste de negro a la mujer de Obama.

Michelle, solidaria

Pero no sólo la prensa de tendencias atrae a los lectores dibujando el perfil de la esposa del nuevo presidente estadounidense. Las agencias de noticias y los periódicos internacionales ofrecen información detallada de la activa labor con fines solidarios que Michelle Obama ha puesto en marcha en las últimas semanas, algunas con una clara intención de acercarse al colectivo latino.

Así, este miércoles Obama visitaba un centro hispano en Washington, el Mary's Center, que ayuda a madres y familias latinoamericanas con pocos recursos. Allí escuchó las inquietudes de sus adolescentes y saludó con besos y abrazos a los niños de preescolar.

Incluso llegó a participar como lectora improvisada para los más pequeños. Para ellos escogió uno de los cuentos favoritos de sus hijas Sasha y Malia, Brown bear brown bear (Oso marrón, oso marrón). Y gracias a una niña de 3 años, Sulema, aprendió algunas de sus primeras palabras en español. Estas fueron "rana" y "oveja".