Maribel Verdú ha participado en más de 60 películas y el reconocimiento le ha llegado tarde, pero con fuerza. Tras un parón de varios años, Maribel Verdú fue redescubierta por Guillermo del Toro en El laberinto del Fauno, y todo vino rodado: Coppola la llamó para protagonizar Tetro, ganó su primer Goya  por Siete mesas de billar francés y este año ha sido nominada de nuevo por Los girasoles ciegos, de José Luis Cuerda.

El también madrileño Raúl Arévalo , su compañero de reparto, le sigue a la zaga: está nominado al Mejor Actor y el año pasado estuvo nominado alGoya al Actor Secundario por Siete mesas (de billar francés)   donde ya coincidió con Maribel. Además, tiene en su haber otros títulos como AzulOscuroCasiNegro , Che: la guerrilla, El camino de los ingleses y El patio de mi cárcel.

Maribel Verdú: Estamos muy emocionados porque la película ha conseguido quince candidaturas, y este reconocimiento es estupendo.

¿Vamos a por el segundo Goya?

M.V.: No, yo nunca digo eso, prudencia ante todo. Pero realmente este año, con Ari (Ariadna Gil), con Verónica (Echegui) y con Carme (Elías) está muy díficil. Bueno, como cada año. Es cuestión de suerte y nada más.

¿Cómo ha ido el rodaje con Coppola?

M.V.: Muy bien, estupendo.

¿Se ve camino de los Oscar?

M.V.: No, bastante tengo ya con estar en los Goya.

Raúl, ¿cómo ha recibido usted su opción al Mejor Actor?

R.A.: Es un premio en sí.  Significa mucho, sobre todo por estar nominado junto a grandes actores, porque son gente que admiro y que hasta hace poco he jugado a imitarles. He hecho de Diego Luna en Y mi mamá también, he hecho de Benicio del Toro en Traffic, a Javier Cámara le imito muchas veces, y ahora que le conozco le imito delante de él. Estar con ellos es parte de un juego muy divertido.

¿Trabajar junto a Maribel Verdú y José Luis Cuerda empequeñece?

R.A.: Me siento pequeño por un lado, pero al a vez, al estar al lado de gente tan grande, te creces.

M.V.: Eso te iba a decir, a éste no le empequeñece nadie.

¿Ve a Maribel en la Gala de los Oscar?

R.A.:  Totalmente. Maribel, tú tienes un Oscar.

M.V.: ¡Anda ya!

R.A.:  Tendrá un Oscar. Ya ha empezado con Coppola. Pero yo la veo más aquí, en España. Y de vez en cuando... ¿Te viene bien un Oscar dentro de cinco o seis años?

M.V.: Como tarde como en los Goya van a ser veinticinco (risas).

¿Qué otras películas de esta edición les gustan?

R.A.: Me encanta Camino y El truco del manco.

M.V.: Y me lo pasé muy bien con Sólo quiero caminar y Los crímenes de Oxford. También la de El juego del ahorcado es maravillosa.

¿Se acostumbra una a esto?

M.V.: No, a mí me gusta ilusionarme cada vez. Es la sexta nominación y no puedo decir: "cómo estoy acostumbrada..."  Siempre es una sorpresa y una ilusión que te nominen otra vez, y que te reconozcan los compañeros.

¿Menos nervios que la última vez?

M.V.: El día de los Goya hay nervios siempre.

¿A quién le dedicaría el Goya este año?

M.V.: Ni pienso que voy a subir ahí, de verdad. pero si tengo que pensar en alguien, creo que se lo dedicaría a Rafael Azcona, que nos ha dejado el año pasado y que escribió el guión de la película.

¿Trabajar con directores como Coppola y Cuerda le suben el ego?

M.V.: Tengo los pies muy en la tierra. En esta vida lo relativizo todo y a no le doy a las cosas más importancia de la que tienen.

¿Y si la llamara Spielberg?

M.V.: Lo más grande de esta vida es trabajar con Coppola. Y da igual. Yo sigo con mi vida. Sigo haciendo mi teatro... A mí estas cosas no me mueven. Es un trabajo más y ya está.

De las quince candidaturas ¿cuál cree que tiene más posibilidades?

M.V.: Hombre, a mí me gustaría que se lo llevara todo. Pero yo apostaría por José Ángel Egido y Raúl Arévalo.