El pucherazo de la Asamblea del 7-D -Nanín colando amigos del Facebook a diestro y siniestro- terminó desatornillando a Ramón Calderón del sillón presidencial del Real Madrid. Varias razones retenían a Calderón en la poltrona: algunas económicas, otras urbanísticas y, por supuesto, las deportivas.

A finales de noviembre, el presidente madridista anunció "dos fichajes de campanillas en verano". 20 minutos pudo saber el nombre de estos dos cracks: Cristiano Ronaldo y el Kun Agüero. "En el caso del portugués, era el tercer acuerdo con su representante, Jorge Mendes, y estaba cerrado por unos 80 millones de euros, aunque luego él dijese y diga lo contrario", señalaban ayer fuentes cercanas al Real Madrid.

Pero el caso más sorprendente es sin duda el del delantero rojiblanco Agüero, cuya cláusula de rescisión es de 60 millones de euros y al que se le había vinculado la pasada semana con el Inter. "El contrato de fichaje del Kun está firmado y cerrado en una notaría de Madrid. Todas las partes estaban de acuerdo", decían las mismas fuentes.

La estrategia de Calderón era clara: resistir, rezar por que el balón entrara y llegar al verano anunciando la llegada de las dos estrellas.

Precisamente la mañana del viernes, horas antes del adiós de Ramón Calderón, éste tuvo una conversación con el presidente rojiblanco, Enrique Cerezo. "Le pidió que no dimitiera, porque la venta del Kun es una operación muy rentable".

La pregunta es obvia: ¿Quedan rotos ambos acuerdos por la dimisión de Calderón? Sí, a no ser que la actual junta del Madrid se hiciese corresponsable de ese contrato.