Hefner: la impotencia de un 'playboy'

  • Cumplirá 83 años el próximo mes de abril.
  • Lanzó el primer número de la revista Playboy hace 55.
  • Comparte su vida con tres novias de 20.
  • Dicen que su cociente intelectual es de 150.
Hugh Hefner posa con tres de sus ex novias durante su 80 cumpleaños (KORPA).
Hugh Hefner posa con tres de sus ex novias durante su 80 cumpleaños (KORPA).
KORPA
Hugh Hefner posa con tres de sus ex novias durante su 80 cumpleaños (KORPA).

Una fastuosa mansión cuyas tupidas cortinas mantienen su interior a salvo de curiosos; una cueva junto al jardín, la ‘gruta del amor', que encierra tres jacuzzis, velas aromatizadas, un corro de rubias exuberantes que compiten por ser la próxima portada de Playboy y muchos secretos.

La Gruta del Amor en la Mansión Playboy Más allá, una cama king size para practicar juegos de dos, o de tres, o de cuatro, o de seis. En la mesita de noche, las cajas azules de Viagra; en el vestidor, los batines escarlata de seda. Arriba, tres novias veinteañeras de pechos operados que reciben sonrientes a las visitas en shorts y que han decorado sus alcobas rosas con cojines de cebra, guitarras eléctricas y costosas mesas de mezclas.

El basto universo personal de Hugh Hefner, la Playboy Mansión en Los Ángeles, comprende, además, una sala de proyecciones -su propietario es un apasionado del cine clásico-, otra de juegos, una docena de dormitorios para huéspedes ilustres -desde George Clooney o Leonardo DiCaprio a Paris Hilton y Britney Spears-, una interesante colección de pintura, una cocina atendida por un equipo de chefs, lámparas cuyos brazos se adornan con tangas y sujetadores durante las veladas más ardientes, piscina, lago, catarata, un zoo y hasta tres edificios contiguos para alojar a su ex esposa, Kimberley Conrad, y a sus dos hijos, a los parientes de Hawai y a grupos selectos de playmates.

Hef —como se le conoce en los círculos íntimos—, criado en el seno de una familia estricta y puritana, comenzó a construir hace casi 55 años un imperio que logró transformar el erotismo en respetabilidad; la provocación, en emblema de libertad sexual; la sordidez, en glamour, y la curiosidad de sus lectores -quienes se declaraban adeptos a los artículos de fondo de su revista y no a sus anatomías femeninas- en dividendos.

El erotismo, en crisis

Hoy esta maquinaria acusa los estragos de una desaceleración que en 2008 se tragó casi el 80% del valor de sus acciones y dejó en la calle al 15% de sus empleados. No es el primer bache que atraviesa la Playboy Entreprises Inc., que incluye además de su mítica publicación, canales de televisión, programas de radio, venta online de fotos eróticas, lencería y perfumes.

Hugh HefnerYa en 1988 su hija mayor, Christie, tomó las riendas del negocio liderando su expansión internacional y salvándolo de su estancamiento. Hace unas semanas anunció su cese.

Mientras, Hefner, un emprendedor inagotable, trata de recuperarse de sus pérdidas relajando las fiestas caseras con las que acostumbraba a agasajar a sus invitados e intentando afinzar la posición de su proyecto empresarial en Internet, un medio sobre el que abriga grandes esperanzas.

Precisamente el mismo soporte cuya diversidad de contenidos gratuitos puede ser el responsable del estado en el que hoy se encuentra su grupo: malherido.

Sólo rubias

El historial amatorio del magnate editorial, quien a sus 82 años sigue presumiendo de mantener una vida sexual inusitadamente activa, abarca dos matrimonios y docenas de supuestos affaires con conejitas deseosas de labrarse una porvenir en el cine.

Hefner y sus chicasSu primera esposa, Mildred Williams, con quien estuvo casado diez años y tuvo dos hijos, era una joven universitaria. En 1989 volvió a contraer nupcias con la playmate Kimberly Conrad para separarse diez años después. Con ella tuvo otros dos hijos. 

Hoy Hefner compagina los mimos de las gemelas Shannon con los de Crystal Harris, su última adquisición. Como el del resto de sus chicas,  su pelo es dorado.

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