Sergio Pardilla (Membrilla, Ciudad Real; 1984) es uno de los corredores con más futuro del pelotón español. El manchego, pese a correr esta temporada en el modesto equipo Burgos Monumental (categoría continental), no ha dejado pasar la oportunidad de mostrar sus condiciones para la escalada, siendo uno de los pocos que le enseñó los dientes a todo un Alberto Contador en la Vuelta a Castilla y León.

Pardilla, ganador de la etapa reina del Tour del Porvenir en 2006 y vencedor este año una etapa en la Vuelta a La Rioja, recibió una oferta del emergente H2O, un nuevo proyecto sustentado por una ONG. Tuvo muchas más ofertas. Las valoró y se inclinó por una que, sorprendentemente, no era la más notoria.

"Mi objetivo era fichar por un equipo continental profesional (el segundo nivel, tras el ProTour) para seguir creciendo como ciclista después de haber corrido las últimas tres temporadas en un equipo continental. El equipo H2O me ofrecía además disputar un calendario internacional, lo que me sedujo mucho, así que finalmente decidí aceptar su oferta. Me preocupaba un poco que fuera un equipo de nueva creación, pero los responsables del equipo han sido serios conmigo en todo momento y me han garantizado que el equipo va ser inscrito en la UCI sin ningún problema. Confío en que todo salga bien", señalaba a comienzos de noviembre.

Pero el H2O, conjunto por el que también habían fichado los hermanos Pedro y Jesús Merino, se convirtió en un proyecto fantasma que fichó sin tener el respaldo de un patrocinador. La Unión Ciclista Internacional rechazó su petición para ser conjunto ciclista profesional y el proyecto, pese a que aseguran que saldrá como continental a secas (un calendario más restringido con una plantilla más reducida), se vino abajo. Los corredores eran libres para negociar con la temporada a las puertas. Un contratiempo muy serio que hipoteca el futuro deportivo de muchos.

Pardilla, de un potencial enorme, ha tardado poco en encontrar un hueco. El Carmiooro - A-Style italiano, un conjunto continental, le ha abierto las puertas. Una segunda oportunidad para reivindicarse.