Cava, nervios y mucha alegría para celebrar el Gordo de la Lotería

Muchos nervios y, también, muchísima alegría es la que se ha vivido esta mañana en la administración  número 35 de Barcelona, que ha repartido buena parte del Gordo de la Lotería de Navidad, recaído en el número 32.365.

La Administración tenía consignadas un total de 128 series del número que, en premios, ascendería a 384 millones de euros. "No sé ni la cantidad de dinero que hemos dado", decía entre risas Isabel Moliné, administradora de la tienda, situada en las populares y céntricas Ramblas de Barcelona.

De momento, según ha explicado mientras abrían un par de botellas de cava y se cortaba el tráfico en la zona, tienen constancia de pocos agraciados.

Uno de ellos es un joven de 18 años, Jamal, de origen indio. Él mismo se ha acercado a la administración al enterarse de que era uno de los  premiados ya que compró  dos décimos con el número del Gordo junto a un amigo que está en paro.

Jamal, que es cocinero y hace tres años que reside en Barcelona, ha explicado que comparte piso con otras seis personas. Y, a pesar de que ahora es millonario, ha asegurado que mañana martes volverá a trabajar en el restaurante en el que está empleado. Su sueño, ha asegurado, es poder abrir su "propio restaurante". Igual, con los 300.000 euros que le han tocado, puede hacerlo realidad.

"Mi mujer aún no se lo cree"

Otro de los premiados, Manuel Gastón, se ha acercado feliz y nervioso a la administración con su boleto premiado. Gastón es vecino del barrio del Raval y tiene tres hijas y ha asegurado que nunca le había tocado nada. Los 300.000 euros que ha ganado los destinará a pagar "la hipoteca y algunas deudas". Su mujer, que permanecía a su lado, miraba la escena incrédula. "Aún no nos lo creemos", ha dicho.

Más tardío se ha presentado Juan Fernández, otro de los agraciados. Lo ha hecho con el número premiado, el 32.365, rapado en la cabeza. A sus 18 años, ha explicado  que está en el paro y que "nunca" había jugado ningún décimo. "Pero este año, por la crisis, compré uno", ha dicho. Y ha añadido que su sueño es: "comprarme un piso y un coche".

Por su parte, la administradora ha explicado  que la mayor parte del número lo han vendido en ventanilla y que los agraciados será gente "muy variada, como el barrio".

"Estoy muy emocionada, con ganas de que la gente lo disfrute. Y que, con esta crisis, la gente pueda gastar",  ha dicho Moliné.

"Lo he ensayado durante mucho tiempo"

Otra de las dependientas  de la administración, Mónica, ha coreado el número premiado ante las cámaras. "Lo he ensayado durante mucho tiempo", aseguraba, y añadía que esta es la primera vez que dan un premio tan grande.

Tras la primera alegría, ha sido el turno de los banqueros, que se han acercado a la administración de lotería. Trajeados y con maletín en ristre, intentaban llevar a sus entidades a las personas premiadas, tarea que les ha resultado casi imposible.

Por otra parte, en una caja de ahorros cercana a la administración de lotería se habían depositado 30 décimos premiados una hora después de que los niños de San Ildefonso cataran el Gordo.

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