El gobierno de Estados Unidos ha imputado 14 homicidios y otros cargos a cinco guardias de seguridad de la empresa Blackwater Worldwide por la muerte de 17 civiles en un incidente hace más de un año en Bagdad.
Los cinco ex soldados se han entregaron hoy a las autoridades en la ciudad de Salt Lake City, Utah (EE UU), donde podría celebrarse el juicio. Un sexto miembro del grupo se ha declarado culpable ya de homicidio en un acuerdo negociado con la fiscalía.
Según el Departamento de Justicia los vigilantes privados, que formaban parte de un convoy de vehículos blindados, usaron la táctica militar conocida como "fuego de supresión" en una intersección de Bagdad, el 16 de septiembre de 2007.
Según el gobierno, los agentes privados usaron ametralladoras y lanzagranadas contra civiles en las calles de la capital iraquí. Como resultado, murieron 17 civiles, entre ellos niños.
Diferentes cargos
Los empleados de Blackwater se enfrentan a cargos de homicidio, intento de homicidio y uso de armas de guerra para cometer homicidio.
Cada uno de los cargos de homicidio conlleva una sentencia máxima de 10 años de prisión; cada cargo de intento de homicidio una de seis años de prisión, y cada cargo de uso de armas de guerra en la comisión de homicidio conlleva una sentencia máxima de ocho años.
La firma Blackwater sostiene que sus seis empleados dispararon después de que fueron atacados, en defensa propia.
Investigaciones paralelasUna investigación del gobierno iraquí concluyó que los agentes
Fuentes cercanas al caso señalaron que los mercenarios eligieron entregarse en Salt Lake City, donde vive uno de ellos Donald Ball, porque
Blackwater es una firma estadounidense que emplea, principalmente,
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