Un total de 10.900 ciudadanos aprovecharon el domingo para visitar las instalaciones del Congreso de los Diputados en su primera jornada de puertas abiertas con motivo del 30 aniversario de la Constitución. A las diez de la mañana se abría la Puerta de los Leones, algo que sólo ocurre para las visitas de los Reyes en ocasiones especiales, como es el aniversario de la Constitución o el inicio del período de sesiones.

El presidente del Congreso, José Bono, ha sido el encargado de abrir la puerta, acompañado por las dos vicepresidentas del Congreso, Teresa Cunillera y Ana Pastor, y el diputado de IU Gaspar Llamazares, para recibir a los primeros visitantes del día, muchos de Madrid, pero otros tantos llegados expresamente desde distintos puntos de España.

Bono ha recordado que fue Federico Trillo, cuando ocupaba el cargo de presidente del Congreso, quien tomó la decisión de abrir la Puerta de los Leones no sólo para los Reyes, sino también para  el pueblo español. Desde primeras horas de la madrugada comenzaron a llegar los primeros ciudadanos dispuestos a pasar allí el tiempo que restaba para ser los primeros en visitar el Congreso. Como es el caso de Joaquín del Barrio, quien llegó a las 3:20, y se aseguró, un año más, ser el primero en entrar.

 Fría mañana

Durante las largas horas de espera, en una noche fría y una mañana desangelada, con una fina lluvia intermitente, el personal de cafetería servía caldo, café y chocolate a los helados ciudadanos, desde una carpa, instalada para la ocasión, en la calle Floridablanca, que separa los dos edificios del Congreso.

A las dos de la tarde se habían contabilizado 4.200 visitantes, mientras que, tras el cierre de la puerta, a las siete de la tarde, la cifra total se situó en 10.900 ciudadanos, algo que deja claro el interés y la curiosidad de la gente por conocer por dentro el Congreso de los Diputados, pues a pesar del frío y de la intensa lluvia que cayó por la tarde, se superó la cifra de 9.700 visitantes del año pasado.

Las largas colas provocaron algún que otro atasco de tráfico, máxime en momentos en que la fila se prolongaba desde la plaza de Cibeles a la Puerta del Sol, con gente que llegó a tardar hasta cuatro horas en acceder al recinto. Al igual que en años anteriores, el hemiciclo de los diputados fue la dependencia más visitada, puesto que la gente, acostumbrada a verlo por televisión, comentaba cómo en la realidad se veía más pequeño.