El abuelo 'indie' sigue temblando

  • Anuncian para 2009 el proteico primer volúmen (10 discos) de la retrospectiva de ‘Shakey’.
  • Como aperitivo editan su primer concierto como solista, ‘Sugar Mountain’, una grabación de 1968.
Young y su Lincoln Continental eléctrico.
Young y su Lincoln Continental eléctrico.
20MINUTOS.ES
Young y su Lincoln Continental eléctrico.

Cuando Kurt Cobain decidió irse al otro mundo optó como epitafio por una frase de Neil Young : «Mejor quemarse que desvanecerse». La elección póstuma del tan doliente como retórico grunge no fue una ocurrencia aleatoria. Su cortísima carrera, fulminada en 1994, a los 27 años, por un disparo de escopeta, fue una ostensible intentona –notable incluso en un estilo como guitarrista que algunos quisieron ver como novedoso– por mirarse en el espejo de Young, que entonces tenía 49. Antes del bang, el hijo se rindió ante el verdadero Papá Indie.

Así es Neil Percival Young (Toronto-Canadá, 1945): íntegro, paradójico, uno de los obligatorios… Ni siquiera los fieros e impolíticos punks, que a finales de los años setenta vomitaban sobre cualquier mega estrella hippie, se atrevieron con este músico tan poliédrico que, como dice una de sus canciones, parece recién «salido de la nada» (out of the blue).

Richard Shakey, Ricardo Tembleques. Young tiene sarcasmo suficiente como para mofarse en su alias habitual de la eplilepsia que padece. No es la única herida: diabético, lastrado por una polio infantil, superviviente de un aneurisma casi letal, padre de dos hijos con parálisis cerebral y una hija epiléptica...

Acaban de sacar de los arcones Sugar Mountain: Live at Canterbury House 1968 (Reprise-Warner), una nueva pieza de los inagotables archivos de Young. Tras Live at Fillmore East 1970 (2006) y Live at Massey Hall 1971 (2007), dos entregas de alto voltaje eléctrico, esta vez Young se muestra en formato económico (guitarra acústica y voz) tocando en un local de la diócesis de Ann Arbor (Michigan) en una fría noche de noviembre de hace 40 años.

Tsunami Young

Lo que se nos viene encima tiene poder de tsunami. La discográfica Reprise, con la que tiene contrato desde 1969, ha puesto fecha, tras dos décadas de preparativos, a The Archives Vol. 1 , la primera pieza de una retrospectiva proteica. En 2009, para celebrar el 40º aniversario del primer disco en estudio del músico, publicarán un estuche con 10 discos multiformato. Contendrá 128 canciones de entre 1963 y 1970, un libreto de 236 páginas, más de un millar de fotos y la película Journey Through the Past (1973), dirigida por Young y nunca antes editada en DVD.

La avalancha es, sin duda, una jugada comercial (toda la obra del canadiense está en el mercado y a buen precio), pero la profesión de fe es merecida. Los más de 40 discos de Young son un balcón asomado al vértigo de los tiempos que nos han tocado y una perpetuada declaración de amor hacia los géneros que domina como casi nadie: el rock de autor y el country.

Hijo de periodistas deportivos, niño enfermizo crecido en el boscoso pueblo canadiense de Winnipeg –donde conoció a uno de sus grandes amores, la cantautora Joni Mitchell–, Shakey se ha atrevido contra todo: echó en cara al rock sureño su complacencia con la segregación racial (Southern Man ), acusó a Nixon de asesino de estudiantes durante protestas antibélicas (Ohio ), relató los estragos de la heroína entre sus compadres generacionales (The Needle and the Damage Done ), denunció las barbaridades de los conquistadores españoles (Cortez The Killer )...

La edad no ha mitigado la furia. Hace unas semanas suspendió un concierto en Los Angeles por solidaridad con la huelga de los trabajadores del local y en los últimos años, pese a que conserva la nacionalidad canadiense y podría ser expulsado de EE UU por inmiscuirse en asuntos internos, se ha destapado como el artista más beligerante contra la atroz política de Bush. En 2006 pidió directamente su destitución en Let’s Impeach the President.

Dicen quienes le conocen que no es una persona fácil, que no va de risitas por la vida y que su carácter flamígero le juega malas pasadas. Por tozudez se empeñó en publicar los infameantes discos de género (tecno, rock sinfónico, rockabilly, rhythm & blues) de los años ochenta.

Pero esa misma contumacia le lleva a seguir blandiendo una de las pocas guitarras eléctricas con nombre propio de la historia, la Old Black (Vieja Negra), una Gibson Les Paul de 1953 customizada. Quienes la hemos escuchado en directo sabemos, antes de que nos hayan admitido, como sonará el infierno .

El nuevo disco

El nuevo disco de Neil YoungAcababa de cumplir 23 años y se había despedido del grupo Buffalo Springfield, banda primordial del country-rock en la que Young coincidió por vez primera con Stephen Stills , al que frecuentaría poco tiempo después en Crosby, Stills, Nash & Young . La actuación registrada en el disco de Shakey que se edita ahora, Sugar Mountain, pretendía tantear cómo reaccionaría el público al escucharle como solista. Incluso las canciones más duras (Mr. Soul, Broken Arrow) suenan a caricia.

La discografía de Neil Young es en sí misma un ámbito casi infinito. Ha editado más de 40 discos como solista. Unos cuantos tiene categoría de obra maestra: Everybody Knows This Is Nowhere (1969), After the Gold Rush (1970), Harvest (1972), On the Beach (1974), Tonight's the Night (1975), Zuma (1975), American Stars 'N Bars (1977), Rust Never Sleeps (1979) y Ragged Glory (1990).

Quizá la obra esencial sea  Everybody Knows This Is Nowhere. Si se trata de elegir una sola pieza, ésta es la crucial. Aliado por primera vez a Crazy Horse, el grupo que instrumentaliza la música de Young como ningún otro, aquí está la furia de guitarras indomables cruzadas con espléndidas melodías que hacen único a Shakey. Dos sagas para la historia:  Down by the River y Cowgirl in the Sand.

Cochazo eléctrico

Coleccionista de coches de época, el último proyecto del nunca sosegado Young es conseguir que el presidente Obama apueste por la fabricación masiva de vehículos eléctricos. Para predicar con el ejemplo, el músico ha puesto motor a voltaje a un espectacular Lincoln Continental de 1959 (en la foto) y está editando el documental Linc-Volt (se estrenará el año que viene) sobre sus aventuras carretera adelante al volante del cochazo. Hay más información en la página web del proyecto Linc-Volt .

No pases de... tres citas para poner los sentidos a tono

Una peli: Caído del cielo . Última película rabiosa del ex hippie con mala uva Dennis Hopper (Easy Rider, The Last Movie). Basada en una canción de Neil Young , es la fábula turbulenta de Cebe (Linda Manz), hija del no future: madre heroinómana, padre encarcelado y un sólo ídolo, Johnny Rotten, de los Sex Pistols  (Dennis Hopper, 1980. Miracle. 9 €)

Un disco: Crazy Horse . El grupo de acompañamiento de Young pero también algo más: una banda de espontáneo genio en un tiempo de súper estrellas pagadas de sí mismas. Su debut es uno de los mejores discos de los  70. El guitarrista y cantante Danny Whitten , un portento de sensibilidad, murió de sobredosis de heroína un año después. Fuego y lágrimas. (Crazy Horse, 1971. Reprise-Wea. 12 €)

Un libro: Miedo y asco en Las Vegas . Obra magna del chamán del Nuevo Periodismo, Hunter Gonzo Thompson (1937-2005), para cuyo biopic Where the Buffalo Roam (1980) compuso Neil Young la música original. Ambos tienen mucho en común: indocilidad, ánimo individualista y algún flirteo con el conservadurismo.  (Hunter S. Thompson. Anagrama, 1998. 7 €)

Mostrar comentarios

Códigos Descuento