Bunbury en versión de luxe

Bunbury.
Bunbury.
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Bunbury.
Hay muy poca gente, como reza el título del single del nuevo disco de Bunbury, que no vaya a verlo esta noche a su concierto en Atarfe. Y es que
al zaragozano se le tienen ya ganas por estas tierras, por las que no se prodiga desde hace unos años y mira que ahora vive más o menos cerca, en el Puerto de Santa María (Cádiz) pero sólo lo sacan de viaje los discos nuevos.

Hellville de Luxe es la excusa para volver a ver al líder de Héroes de Silencio en directo y a buen seguro que esta noche Bunbury no flaqueará. Como canta en otra de sus canciones. Y menos en vivo, porque la gira de Bunbury es de las más eléctricas que se recuerdan.

Su cara más eléctrica

Formación clásica: dos guitarras, bajo y batería, y alguna mínima concesión a la mandolina, pero Bunbury y los suyos se pasan casi todo el repertorio enchufados a la distorsión con nervio. La banda de Helville tour reúne a miembros de grupos muy diferentes entre sí como Suite, Carrots o Jarabe de Palo, que ya colaboraron con Enrique en el anterior tour compartido con Nacho Vegas, aunque en esta ocasión el conjunto responde al formato de banda rock de siempre y el show es más directo que en anteriores experimentos en vivo del siempre inquieto Bunbury, como su carabet ambulante o los conciertos bajo carpa circense del Freak show.

Quizá engañe la foto de la portada del sexto disco en solitario del que fuera cantante de Héroes del Silencio: aparece sentado plácidamente en una especie de mecedora a la puerta de una casa parecida a un rancho, pero no hay rastro de rancheras en el álbum.

Todo rock and roll vestido en contundencia y cuero que gana con la presencia en escena de un coloso como Bunbury, que también tiene algo de torero y que en la moderna monumental de Atarfe estará como pez en el agua.

Enrique Bunbury es una caja de sorpresas y, a veces, también de bombas. La espontaneidad que derrocha en el escenario se puede tornar en el peor de los desencantos y romper el hechizo de comunión del cantante con su público. Lo mismo se va a mitad de canción y pega el desplante, que sale a hombros por la puerta grande del Coliseo. Así es él.

Y hoy lo podremos ver, a partir de las 22 horas y las entradas de 30 a 42 euros, según las zonas del aforo.

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