En un comunicado, EA aseguró que la normativa exigía la regularización de todos esos vertidos generados en las ETAP antes del 31 de diciembre del

año 1995 y lamentó que en Cantabria todavía hay estaciones que no lo han hecho.

EA lo achaca a una "

mala gestión" de la Consejería de Medio Ambiente, que ha fijado como uno de sus objetivos la depuración de aguas residuales (las EDAR), pero "ha dejado de lado" el tratamiento de vertidos de las plantas potabilizadoras (las ETAP).

Aunque la asociación reconoce que la la gestión realizada en torno a las EDAR es imprescindible, sostiene que sólo "resuelve el problema parcialmente". Y es que, por un lado, lamenta que en algunos casos haya pequeñas depuradoras gestionadas por los ayuntamientos que, "una vez instaladas, dejan de funcionar por falta de mantenimiento o inadecuado dimensionamiento y planificación".

Pero sobre todo incide en el problema de las plantas potabilizadoras, ya que en el proceso de tratamiento del agua para su consumo se generan

fangos compuestos por los sólidos en suspensión y los policloruros o sulfatos de aluminio utilizados.

La Ley de Aguas señala que el vertido de esos fangos requiere autorización de la Confederación Hidrográfica y, además, el Real Decreto 484/1995 fijó el 31 de diciembre de 1995 como fecha tope para regularizar ese tipo de vertidos, una cuestión que, sin embargo, "

sigue pendiente en las ETAP del Gobierno de Cantabria", señala.