La Oreja de Van Gogh 'tantea' a su público con un brevísimo concierto en Madrid

  • Fue en la sala Joy Eslava de la capital y duró tres cuartos de hora.
  • Todos los asistentes acudieron invitados; mañana tocan en Barcelona.
  • La mitad del repertorio estuvo compuesto por canciones antiguas.
La Oreja de Van Gogh hace unas semanas en Medellín. FOTO: SONY-BMG.
La Oreja de Van Gogh hace unas semanas en Medellín. FOTO: SONY-BMG.
SONY-BMG
La Oreja de Van Gogh hace unas semanas en Medellín. FOTO: SONY-BMG.
"Ella es monísima". Ella era Leire Martínez, que
se presentaba ayer oficialmente sobre un escenario español como la nueva y agradable cara de los resucitados
La Oreja de Van Gogh . "Y canta bastante bien". Sí, lo hizo con ganas, aunque la mella de una gira latinoamericana reciente obstaculizaba sus registros más altos en ciertas canciones.

El
show fue en la sala Joy Eslava de Madrid, una de las únicas que quedan hoy para que las bandas se explayen.
Y fue una simple exhibición, como las del tenis, porque duró tres cuartos de hora y basta. ¿Suficiente? Puede. Fue una toma de contacto con el antiguo y el nuevo público del grupo. Un calentamiento a-ver-qué-pasa.

Todos los asistentes acudieron invitados, bien por sorteo, bien por amiguismo, bien por trabajar en la industria o en la prensa.
Por allí pasaron ¿vips? con nombre de Guti, Nuria Roca o Belén Esteban; todo patrocinado por una marca deportiva (Asics Music). Muy preparado. En la masa, entregada y heterogénea, sorprendía la cantidad de jóvenes fans masculinos.
El verde se tornará en rojo...

Ellos hicieron su papel. De los nueve temas que interpretaron, sólo cinco eran del nuevo disco,
A las cinco en el Astoria.
Comenzaron fuerte, bailando con Más y Sola. Y luego, París. La primera en la frente. Intercalaron después
Muñeca de trapo,
Rosas y
La playa. El momento acústico, que hizo gritar a la gente "11-M, 11-M", fue para
Jueves.

La muestra fue correcta.
No hicieron virguerías de ningún tipo -quizá no les haga falta-, sólo querían reivindicar su sitio. Por lo que suponemos que el próximo año, con algo más de rodaje juntos, el verde se tornará en rojo y se prodigarán algo más, y eso que la agenda la tienen más que cubierta con todo tipo de actos de aquí a la eternidad.

En cuanto a las comparaciones -odiosas en cualquier caso, ya se sabe-,
la opinión generalizada era de un convencimiento a medias. Hasta que el tono más grave y melódico de Leire acostumbre a los oídos del respetable, pasará algún tiempo. En cualquier caso, chirría bastante menos y su potencial es mayor. Letras aparte.
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