El arzobispo de Valladolid defendió ayer el crucifijo como «símbolo» de la cultura e historia que han configurado «el Occidente en el que vivimos y los valores que sostienen la democracia».

A su juicio, no parece razonable hacer desaparecer ese símbolo en un momento en el que los católicos «no extorsionan a nadie» ni imponen nada a los que no son de esta religión, a la vez que aceptan otras creencias. «No nos molestan, si son hombres y mujeres de buena voluntad», reflexiona.

Acata perno no comparte

En un comunicado recogido por EFE, reitera que «acata» pero «no comparte» la decisión judicial y no entiende que este símbolo pueda ser visto como una «amenaza».

Asimismo, afirma que  «el preocupante fracaso escolar» en el sistema educativo español, «no es culpa de que en algunos colegios públicos, muy pocos, haya algunos crucifijos colgados en la pared de las aulas», y  recuerda que en el resto de centros hace tiempo que «han desaparecido, se han guardado en el armario o colgado en otros lugares menos dignos».

En la capital, como ya contó en junio 20 minutos, sólo dos colegios de los 38 públicos que existen mantienen crucifijos en sus clases, el Macias Picavea y el Isabel La Católica.

Por su parte, la Federación de Asociaciones de Vecinos mostró ayer su apoyo a la eliminación de símbolos religiosos de los centros públicos, «sean educativos o de cualquier otro tipo» y considera que «nadie debería sentirse perjudicado por una sentencia que protege derechos fundamentales, sin lesionar el derecho de cada uno a profesar la religión que quiera».

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