Descubren cómo el bacilo de la tuberculosis se esconde detro del organismo

En 2006 se detectaron 9,2 millones de nuevos casos en el mundo.
En 2006 se detectaron 9,2 millones de nuevos casos en el mundo.
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En 2006 se detectaron 9,2 millones de nuevos casos en el mundo.

Un estudio de la Unidad de Tuberculosis Experimental del Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona ha descubierto cómo el bacilo de la tuberculosis se esconde dentro del organismo, al utilizar como reservorio unas células inmunitarias denominadas macrófagos espumosos, llenas de nutrientes.

Conocer los mecanismos que permitían que el bacilo (bacteria en forma de bastón) de la Mycobacterium tuberculosis pueda permanecer latente y reactivarse al cabo de unos años era el objetivo de este grupo de investigación, coordinado por Fréderic Altare, del Institut National de la Santé et la Recherche Médicale, y la participación del Instituto de Farmacología y de Biología de Toulousse (Francia) y del hospital badalonés. La Mycobacterium tuberculosis convive con la humanidad desde hace años y actualmente infecta a una tercera parte de la población mundial -unos dos mil millones de personas-, lo que lo convierte en el agente infeccioso más extendido del mundo.

Uno de cada diez infectados acabará desarrollando la enfermedad durante su vida, y cada año tres millones de personas morirán de tuberculosis.

Cuando la bacteria entra dentro del organismo a través de las vías respiratorias, provoca una reacción inflamatoria y es tragada por los macrófagos de los pulmones, una especie de aspiradoras celulares que absorben los patógenos.

Posteriormente, los macrófagos y otras células inmunitarias se acumulan en la zona infectada y forman lo que se denomina un granuloma, que confina la bacteria y, en condiciones normales, impide que se extienda.

Puede provocar la enfermedad

Esta situación se llama infección latente, pero en situaciones de inmunodeficiencia, el bacilo es capaz de reactivarse y provocar la enfermedad.

El estudio, publicado en la última edición de la revista Plos Pathogens, analiza la función de una población particular de células que forman parte de los granulomas, denominadas "macrófagos espumosos". Estas células están llenas de lípidos, que aportan nutrientes al bacilo.

Los investigadores han encontrado que dentro de estas células espumosas, el bacilo de la tuberculosis no se replica, pero permanece vivo y parece absorber los lípidos de la célula huésped.

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