El 11-S, el encargado de limpiar las escaleras de la Torre Norte del World Trade Center (110 pisos) llegó tarde al trabajo. Eso cambió su vida. Se salvó de la muerte y ayudó a rescatar a cientos de personas.

Con una de las cinco llaves maestras del edificio guió a los bomberos. Fue él último en salir con vida de allí. Ahora, lucha por las víctimas hispanas del terrorismo y viaja por el mundo para hacer ver lo que es importante. La semana pasada estuvo en España.

Cuando piensa en el 11-S ve...

Dolor, tragedia, destrucción y sobre todo horror.

¿Siente rabia?

Rabia no hay.

¿Dónde estaba ese día?

En el primer sótano de la Torre Norte, que sufrió el primer impacto y cayó la última.

¿Qué pensó?

Que un generador del segundo sótano había explotado.

¿Sorprendido de su reacción?

No. Hice lo que consideraba y volvería a hacerlo mil veces aun sabiendo que podía morir. Era una responsabilidad.

¿Cómo se sobrevive a esto?

Haciendo cosas por los demás. La Madre Teresa (de Calcuta) vivió tanto por la labor que hizo. ¿Se sobrepasa? No, se lleva. No sufrí un shock hasta cuatro años después.

¿Se debe olvidar y perdonar?

No hay que olvidar. Aún hay preguntas por contestar. Las víctimas tienen derecho a cerrar este capítulo y para eso hay que tener información.

¿Qué ha aprendido?

Que la familia y los amigos son lo más importante. Perdí a 200 amigos (en el restaurante Windows of the world, en la zona más alta de la torre). En Ghost el protagonista no se va hasta que no sabe quien lo mató. Veo que los espíritus de las víctimas claman justicia.

Ha ganado hermanos...

Recibo a familiares de las víctimas como si los conociera de siempre. Si te toca el amor abre la puerta de par en par...

¿Le tiene más apego a la vida?

Sí y más respeto, pero a la vez tiendes a tomar riesgos más grandes, porque sabes que estás en un tiempo prestado.

¿Le ha perdido el miedo a la muerte?

No, se le gana más respeto.

¿Qué queda del William de antes y cómo es el de ahora?

Queda la pasión, pero ha desaparecido el interés económico, el pensar en el "yo mismo". Además, te crece el sentido de la responsabilidad y de la humildad.

¿Cómo se ha recuperado Nueva York de todo esto?

La ciudad ha estado sumida en la depresión y hoy empieza a levantarse.

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