El poeta Marcos Ana aseguró en la presentación en Valladolid de sus memorias, Decidme cómo es un árbol. Memoria de la prisión y de la vida, que con la publicación de sus vivencias pretende dejar «el mejor legado» a los jóvenes que, a su juicio, significa que conozcan la historia de España en todas sus vertientes.

Esa historia, según recordó, le mantuvo en una prisión durante 23 años durante la dictadura franquista y cortó buena parte de su vida cotidiana. Aun así reconoce que tras esos años «la vida ha sido generosa» porque otros no tuvieron tanta suerte como él que «va por el mundo entre aplausos y cariño».

En su libro, asegura, se ve la realidad «de lo sufrido» para luchar por la democracia y la libertad. No obstante, dice que es un texto «sin rencores y sin resentimiento», sino «lleno de alegría», informó Ical.

El futuro, los jóvenes

Precisamente, son los jóvenes su verdadera esperanza y les pide que «piensen y luchen por un mundo más justo y sin desigualdades» y alude en todo momento a una juventud «que no es solo de la litrona» y que no está politizada.

Es necesario que las nuevas generaciones conozcan lo que sucedió durante el franquismo para «acabar con el silencio de las cunetas» y que las personas, cuyos abuelos fueron fusilados y enterrados en fosas tienen que conocer cuál fue su pasado.

De ahí su apoyo a la causa abierta por el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, que aunque haya dejado el caso, anima a seguir luchando porque «todavía hay miedo» y sobre todo, para «impedir que pueda volver a producirse algo así».

Sus memorias, auspiciadas por el colectivo Contra el Olvido,  llegan en un momento en el que ha podido asimilar su historia.

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