Lo nuevo se lleva por delante a lo viejo. Las obras de soterramiento del AVE acabaron ayer con uno de los símbolos del tren en la ciudad, la estación del Pinar de Antequera, que fue derribada para dejar espacio a los túneles por los que transitará el tren.

Una excavadora derribó a primera hora de la mañana este edificio de ladrillo rojo que ya no cumplía ninguna función ferroviaria y que durante mucho tiempo funcionó como un restaurante.

El adiós a la instalación llega después de que en agosto del año pasado el Ayuntamiento de Valladolid aprobara su descatalogación como edificio protegido, estaba vigente por ese entonces la obligación de conservar la fachada y la estructura.

A favor y en contra

La desprotección se realizó con los votos a favor de PP y PSOE y la oposición de Izquierda Unida, de la dirección general de Patrimonio de la Junta y los vecinos de la zona, que reunieron más de 500 firmas para que se conservara.

La estación contaba con más de 100 años. Su primer proyecto de ejecución se encuentra en un documento de 1900, aunque no se empezó a levantar hasta 1902.

Su construcción, desarrollada siguiendo la tradicional arquitectura de ferrocarril, se desarrolló gracias a una petición del Ayuntamiento de aquella época y su fin era, principalmente, lúdico porque permitía que los trabajadores acudieran al pinar para «despejar sus pulmones y disfrutar del aire libre» después del duro trabajo, según un documento de la época.

Hasta hace unos meses, el edificio, de planta cuadrada y dos pisos, se encontraba rehabilitado y en él funcionaba un restaurante muy transitado por los vallisoletanos, sobre todo, en verano.

Adif, encargada de su demolición, informó de que se conservarán las partes que pudieran tener valor, lo que parece bastante complicado después de ver como la excavadora acabó con la construcción, fachada incluida.

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