Cuando un primo lejano del presidente de Nigeria pide 400.000 dólares por Internet

  • Una enfermera estadounidense reconoce haber caído en la estafa nigeriana y haber dado esa cantidad de dinero a desconocidos.
  • El fraude consiste en pedir dinero para que un miembro de Gobierno nigeriano pueda sacar una gran cantidad de fondos del país.
El Banco Central de Nigeria ha advertido sobre estas estafas.
El Banco Central de Nigeria ha advertido sobre estas estafas.
AGENCIAS
El Banco Central de Nigeria ha advertido sobre estas estafas.
Más de 178.000 resultados. Es lo que cualquier internauta puede obtener si realiza una búsqueda en Google por los términos 'estafa nigeriana'. El fraude consiste en obtener dinero de la víctima en concepto de adelanto a cuenta de una supuesta cantidad millonaria de dinero que se le ha prometido. Es de sobra conocido en la red, pero
aún hay gente capaz de caer y perder hasta 400.000 dólares de una tacada.

Janella Spears es una estadounidense que trabaja como enfermera en Oregon y que
ha reconocido a los medios haber entregado esa cantidad de dinero, equivalente a unos 315.000 euros,
sin darse cuenta de que la estaban estafando, según informa la página web Katu.com.

La víctima recibió un correo electrónico en el que
se le prometían ingresos de hasta 20,5 millones de dólares si ayudaba a un nigeriano, que se identificaba como pariente lejano de un miembro del Gobierno, a sacar dinero del país africano. Le dijo que tanto el presidente de EE UU como el director del FBI conocían la operación y necesitaban su ayuda. Y Janella se lo creyó.

Cuando
expresó algunas dudas sobre lo que pasaba, le enviaron cartas falsificadas de la ONU, el presidente de Nigeria y el propio Geroge W. Bush. Éste último señalaba en su texto que si ella no ayudaba el dinero podría caer en manos de terroristas.

La alusión a la amenaza terrorista hizo que la mujer se decidiera.
Empeñó la casa y el coche y retiró los fondos ahorrados por su marido para la jubilación. No envió todo el dinero de una vez, sino poco a poco, y aunque amigos, familiares, policía y empleados del banco le dijeron que era una estafa ella siguió con sus envíos.

Siempre le decían que el siguiente pago sería el último, que luego recibiría su dinero, y ella se obsesionó tanto con cobrar que envío hasta 400.000 dólares.
Ahora ha reconocido que todo era un fraude y se dedica a contar su historia para evitar que a otros les suceda lo mismo.
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