Condenan a cadena perpetua en EE UU al antiguo secretario de prensa de Bin Laden

  • Ali Hamza Sulayman al Bahlul ha sido hallado culpable de haber prestado apoyo material al terrorismo y contratar asesinos a sueldo.
  • Le ha condenado un jurado de la comisión militar de Guantánamo.

Un jurado de la comisión militar de Guantánamo condenó este lunes a cadena perpetua a Ali Hamza Sulayman al Bahlul, ex secretario de Prensa de Osama Bin Laden, por haber prestado apoyo material al terrorismo y contratar asesinos a sueldo.

El yemení, de 39 años, ha sido condenado en el segundo juicio por crímenes de guerra llevado a cabo por EE UU desde la Segunda Guerra Mundial, después de Salim Hamdan, ex conductor del líder de la organización terrorista Al Qaeda, que fue condenado en agosto a cinco años y medio cárcel por apoyo material al terrorismo.

La sentencia se ajusta a lo que había pedido el fiscal general del caso, Daniel Cowhig, quien resaltó que Ali Hamza Sulayman al Bahlul no ha mostrado remordimiento por sus actos.

El veredicto de la sentencia le fue notificado por el jurado, compuesto por nueve oficiales militares, que lo había declarado culpable el viernes de 35 cargos de conspiración, apoyo material al terrorismo y contratar a sicarios para cometer asesinato, si bien el veredicto se hizo público este lunes.

El jurado militar, designado por el Pentágono, absolvió al yemení, que se unió a Al Qaeda en 1999 y fue el secretario de prensa de Osama Bin Laden hasta su detención en 2001, de un cargo de conspiración y de otro de apoyo material al terrorismo.

Denuncias

Ali Hamza Sulayman al Bahlul ha denunciado en varias ocasiones el sistema de los tribunales militares de Guantánamo y anunciado la intención de boicotear su juicio.

Sin embargo, ha aparecido después en las vistas para reiterar sus denuncias y sus planes de no acudir más a las audiencias.

De hecho, en agosto abandonó una vista preliminar del juicio por considerar el proceso una "farsa legal", y aseguró que solo volvería para escuchar el veredicto y la sentencia.

Tampoco quiso que su abogado militar, el mayor de la Fuerza Aérea David Frakt, que había sido designado por el Pentágono, le defendiera en el juicio, un derecho que quiso ejercer él mismo, pero el juez Ronald Gregory le denegó esa posibilidad.

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