Los astronautas del 'Discovery' reparan los daños de la nave en una operación inédita

El estadounidense Steve Robinson y el japonés Sochi Noguchi abrieron la escotilla del Discovery adosado a la Estación Espacial Internacional (ISS) y salieron al espacio a las 08.48 GMT (10.48 hora española) del miércoles, 34 minutos más tarde de lo previsto. Robinson y Noguchi permanecieron en el espacio exterior seis horas, y por primera vez en la historia, efectuaron reparaciones en la parte exterior de un transbordador en órbita.
Uno de los astronautas, en su segunda salida espacial (foto: Nasa TV).
Uno de los astronautas, en su segunda salida espacial (foto: Nasa TV).
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Uno de los astronautas, en su segunda salida espacial (foto: Nasa TV).

La "actividad extravehicular" se retrasó algunos minutos, hasta las 10.48 hora española, según informa NASA TV, donde se pudo ver toda la operación en directo.

Mientras el astronauta de la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial realizaba las tareas programadas originalmente para esta salida, Robinson se "montó" en el extremo del brazo robótico, de fabricación canadiense, de la estación espacial.

El brazo llevó a Robinson hasta la parte delantera de la panza (la zona de color negro) del transbordador donde las inspecciones con cámaras de alta resolución habían encontrado dos protuberancias del fieltro aislante.

Robinson, mientras arreglaba los desperfectos
en el casco (NASA)

A su vez, desde una cámara montada en el brazo robótico del transbordador, el astronauta Andrew Thomas, que dirigía la tarea, observaba a Robinson.

"Estoy agarrándola, estoy tirando de ella y está saliendo muy fácil. Hermoso", dijo Robinson por radio mientras tiraba del material que se encontraba entre las losetas resistentes al calor en la parte baja del transbordador.

Robinson sacó de los trozos de fieltro con sus manos, con poco esfuerzo. Si no lograba retirarlos, estaba previsto que los sujetará con una herramienta parecida a un fórceps y los cortará con una sierra, pero no ha sido necesario.

En realidad, los técnicos e ingenieros de la NASA no sabían si esas tiras eran un peligro para la misión, pero no querían arriesgarse a otro peligro causado por el incremento del calor.

1.400 grados de temperatura

En la reentrada a la atmósfera, la nave penetra en un ángulo de 45 grados y durante varios minutos la fricción eleva la temperatura a más de 1.400 grados centígrados.

La protección de la nave depende de unos 24.000 paneles de sílice aislantes sujetos sobre la estructura y entre los cuales hay pequeñas piezas de fieltro de relleno.

Chuck Campbell, especialista en aerotermodinámica de la NASA, explicó que no se tiene mucha información porque "nadie más hace vuelos a veintidós veces la velocidad del sonido y a 65.800 metros de altura".

"La única información que tenemos es la que se ha recogido en los vuelos anteriores de los transbordadores", añadió.

Algunos expertos creen que las protuberancias podrían causar turbulencias que eleven la temperatura en esos puntos más allá de la resistencia de los paneles aislantes, lo que dejaría a la nave vulnerable a la entrada violenta de gases incendiados.

En la conferencia de prensa televisada, Collins dijo que confía en que el plan de reparación ideado por el control de misión en el Centro Espacial Johnson será eficaz. "Creo que la situación será segura para nuestro retorno", dijo Collins.

"Esta tarea significa un progreso, ya que somos capaces de reparar pequeños daños, y hemos llegado a un punto en el que sabemos cuándo es seguro retornar a casa".

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