Jorge Fernández y su equipo de expertos vuelven a ponerse manos a la obra para transformar en un tiempo récord las casas de familias que necesiten una vivienda en condiciones.

Antena 3 estrena hoy en su prime time la secuela de la segunda temporada de Esta casa era una ruina.

El espacio, perteneciente al género make over, vuelve cargado de emociones y se traslada hasta Canet del Mar (Barcelona) para ayudar a una "familia muy necesitada con una madre que padece esclerosis múltiple", comenta Jorge Fernández.

Para el presentador vasco, el caso de esta familia "es súper emotivo y el mejor de todos los que hemos hecho hasta ahora".

Francisco, el padre, tuvo que dejar uno de los dos trabajos que tenía para cuidar de su mujer. "Un padre coraje" que ha ido mil veces al Ayuntamiento para pedir ayudas y subvenciones que no llegaban.

Desesperado, Francisco llegó a subirse a una grúa para exigir la ayuda que nadie le prestaba. Una situación límite que le convertía en un candidato perfecto para Esta casa era una ruina y así ver cumplido el sueño de disponer de una vivienda en condiciones.

Involucrado cien por cien

La emoción que se palpa en el programa contagia incluso a Jorge Fernández quien asegura que "sufro mucho con las situaciones personales de la gente, pero me das un mazo y soy el primer loco que tira la casa abajo".

La implicación de Fernández es tal que ha llegado a subirse en escavadoras para romper una caravana entera. Un programa de televisión que se sabe cuándo empieza y que hay que tenerlo en diez días, pero no cómo.

Esta casa era una ruina "es como una ONG televisiva" porque es "llegar, ayudar y marcharte", dice Fernández de un programa cuyo lema podría ser "vivir dignamente".

Después de estar al frente de Esta casa era una ruina, Fernández ha cogido técnica para tirar muros y se atrevería con los de su casa.