Más que una entrevista, Albert Pla se lleva un interrogatorio. Le encanta desconcertar, por eso, La Diferencia es música y puro teatro.

Tiene usted fama de difícil.

No sé... (risas).

Llevaba años sin publicar temas propios, ¿por qué?

Hicimos un espectáculo durante dos años, Canciones de amor y droga, y luego una película. Después varias canciones y luego vete a saber...

¿Le molesta que le conozcan por actuar en Airbag?

Me da igual. En Cataluña los viejecitos se giran y me dicen "¡eh, torero!". Son cosas que pasan.

¿Alguna vez le ocurre que no se le ocurra nada?

Nunca. Ya se me ha ocurrido todo. Lo difícil es poder hacer todo lo que se te ocurre.

¿Cuántas veces ha tenido que morderse la lengua?

Soy una persona educada. Pero todo el mundo sobre un escenario dice lo que le da la gana.

¿Lo de prender fuego a EE UU es un deseo oculto?

Es una casualidad. Pero parece que no va a hacer falta que nadie haga nada, la verdad.

¿Que diferencia a este disco de los anteriores?

Ninguna, la misma que del anterior al anterior. Aunque hay diez canciones nuevas.

¿Se ve bien con el casco?

Me veo fantástico, es precisamente para eso, y para ver a la gente desde el escenario, para bajar y hablar con ella. Pero sin molestar a nadie.

No me queda claro cuál es la diferencia entre el bien y el mal...

No se, eso me pregunto en la canción.

¿Cómo concibió el montaje?

Tenía ganas de ir solo cantando canciones con la guitarra, no quería problemas. Necesitaba una estructura para llevar los focos, y eso fue el punto de partida.

¿Se siente más a gusto en un teatro o en un concierto?

Cuando hago ochenta conciertos, tengo ganas de hacer teatro y viceversa. Y ahora que voy solo, después tendré ganas de ir en grupo.

¿Le preocupa la crisis?

Yo no leo los periódicos, así que ésta es una palabra ajena a mí y no pienso comentarla. Si queréis hablar vosotros de ello... a mí no me metas.

Ha convocado a la gente para que le haga el videoclip de La juerga catalana, ¿la gente necesita divertirse más?

La gente necesita lo que la gente crea que necesite.

¿Graba sus propias juergas?

Nunca, estaría en la cárcel (risas).

Sobre la canción de Hongos: ¿es cierto que no se gusta a sí mismo? ¿tuvo algo que ver el peyote en su composición?

Lo primero es cierto. ¿A tí te gusta como eres siempre? Pues eso. Lo segundo... si, una vez fuimos al desierto e hicimos esta canción.

¿Qué adjetivo prefiere para usted: delirante, transgresor, friki...?

Pon lo que quieras, no me dicen nada. Vivo ajeno a todo eso, no me veo de ninguna manera ni me quiero ver. Yo hago lo que puedo y lo que quiero, no se hacer otra cosa. Poder es querer (risas).

¿Es difícil promocionarse desde un sello pequeño?

Estoy a gustito aquí, las grandes discográficas sólo se mueven por dinero. Pero no necesito promocionarme, yo canto ahí enfrente -señalando al Círculo de Bellas Artes-, si viene gente, volveré, si no, no.

¿Qué le molesta del mundo que le rodea?

Es demasiado complicado de responder, no me gusta generalizar. Me molestaría que alguien viniera ahora y me diera una hostia (risas).

¿Le apasiona algo más que su música?

Vivir.

Convénzame de que vaya a ver su obra.

No vayas (risas).

Definitivamente, le doy el título de entrevistado difícil.

Tú misma (risas).

BIO. Nació en Sabadell en 1966. En 1988 publicó su primer disco, Ho Sento Molt. Tiene el Premio Nacional de Música de la Generalitat de Catalunya. Hizo una aparición estelar en la película Airbag. Asegura tener 8.577 aficiones.