El incidente tuvo lugar el 9 de diciembre de 2006 cuando, según el relato del ministerio fiscal, la mujer se encontró repentinamente indispuesta y comenzó a sangrar. Ante este hecho y la inminencia del parto, salieron a la calle y su esposo se fue en busca de un taxi para trasladar a su esposa al hospital La Fe , centro en el que era atendida por su ginecóloga.
En la calle Blanquerías, se acercó a un taxi conducido por el acusado, se subió y le dijo que era "una emergencia" y que su mujer estaba "embarazada y sangrando y muy grave", por lo que necesitaba que les llevaran a La Fe. El taxista, en un primer momento, accedió a prestar el servicio y se dirigió a la calle Serrano, donde estaba la mujer con las manos en el vientre y signos de dolor.
En ese momento, según el mismo relato, el acusado le dijo al hombre que él no les iba a llevar y que se buscara otro vehículo, tras lo que abandonó el lugar. El hombre, seguidamente, requirió a la conductora de un coche que iba detrás, quien de inmediato les trasladó al hospital, donde la mujer fue sometida a una cesárea de urgencias por presentar desprendimiento de placenta que representaba un grave peligro tanto para la vida del feto como de la madre.
Esta mujer declaró que la víctima, a la que se notaba embarazada, estaba "demacrada", que tenía "mal aspecto" y parecía que no se encontraba bien. No obstante, aseguró que se dirigió a ella con prudencia y que el marido estaba bastante más nervioso. En ese momento le dijeron: "por favor, llévenos al hospital porque no nos quieren llevar".
El taxista asegura que no se negó a llevarles
Sin embargo, el acusado negó los hechos y aseguró que el hombre se subió en el taxi y le gritó que le llevara a urgencias, pero que no le dio ninguna explicación del riesgo que corría su mujer. Declaró que estando detrás de dos coches, éste le pidió que acelerara y que se saltara un semáforo en rojo, a lo que se negó porque "te pueden quitar hasta seis puntos".
Afirmó que en la calle Serranos le pidió que parara para recoger a su mujer, a la que no vio que estaba embarazada ni sangrando. Entonces, el hombre, según afirmó, volvió a gritarle "otra vez" con mucho "ordeno y mando" para ir a urgencias, y él le respondió: "te llevaré lo antes posible y a mi manera", aseveró.
Tras ello, indicó que se puso como un "energúmeno", y que dio un portazo y se fue, pero que él no lo tiró del vehículo. "En ningún momento me negué a llevarle, fue él el que dio un portazo y se fue voluntariamente", reiteró.
Un vez ingresada, ella tuvo que estar una semana en el hospital, y su bebé un mes (del que una semana estuvo en la Unidad de Cuidados Intensivos). El perito declaró que había riesgo de que falleciera el bebé.
CONSULTA AQUÍ MÁS NOTICIAS DE VALENCIA
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios