La autora de 'Los monólogos de la vagina' tiene "pesadillas" con Sarah Palin

  • Eve Ensler, dramaturga y activista feminista, arremete contra la número dos de John McCain.
  • La acusa de ser una amenaza para América y para el mundo.
Eve Ensler y Sarah Palin (AGENCIAS).
Eve Ensler y Sarah Palin (AGENCIAS).
AGENCIAS
Eve Ensler y Sarah Palin (AGENCIAS).

Sarah Palin, la candidata republicana a la vicepresidencia de los Estados Unidos, sigue dando que hablar: que si se compara a sí misma con un pitbull, que si su hija de 17 años se ha quedado embarazada, que si 'hackean' su correo electrónico...

Ahora ha sido Eve Ensler, dramaturga y activista feminista conocida por sus famosos 'Monólogos de la vagina', la que ha abierto la boca, o la pluma, mejor dicho, para hablar sobre la defensora número uno de los valores más tradicionales de la sociedad.

"Tengo pesadillas con Sarah Palin...". Así comienza Ensler un artículo publicado en el Huffington Post, en el que describe al tándem Palin/ McCaincomo la amenaza más grave que se cierne sobre los Estados Unidos. "La caída y la destrucción serían tan enormes que América nunca se recuperaría. Y lo que es peor, este impacto se extendería al resto del mundo", escribe.

Entre las muchas lindezas que Ensler dedica a Palin, destaca la que hace referencia al embarazo de su hija Bristol. "Ella no cree en el aborto. Cree que las mujeres violadas por sus propios padres no tienen derecho a decidir si quieren o no tener esos niño. Tampoco cree en la educación sexual ni en la planificación familiar. Supongo que su hija practicaba la abstinencia, y ya sabemos cuantos bebés provoca eso".

"Cuando Dios y las armas van de la mano"

La postura de la gobernadora de Alaska ante el cambio climático también está en el punto de mira de la dramaturga. "Ella cree que el deshielo del Ártico, las tormentas y los huracanes, la contaminación... cree que todo forma parte de un plan divino. La Tierra, para Palin, está ahí para cogerla y expoliarla. Los lobos y los osos, para dispararles y matarlos (...), como Irak. Como ella misma dijo, invadirlo era una tarea de Dios".

"Sarah cree en Dios", continúa Ensler, y "también en las armas". "Cuando Dios y las pistolas van de la mano, cuando las guerras van declaradas en nombre de Dios, y cuando en su nombre se niegan los derechos a las mujeres, ese es el final de la separación entre la Iglesia y el Estado y el final de todo lo que América siempre ha intentado ser", concluye.

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