El número de coches en la ciudad crece más rápido que el censo de población. La muestra es que en sólo tres años se registraron 2.713 vigueses frente a los 6.988 vehículos que se sumaron al parque automovilístico de la ciudad, según datos recogidos en el informe de La Caixa.

En 2004 por las calles de la ciudad circulaban 142.608 turismos, tres años más tarde eran ya 149.596. Si miramos el padrón municipal, comprobamos que en 2004 había 292.059 personas empadronadas en Vigo y que en 2007 tan sólo conseguimos alcanzar los 294.772. El salto es mucho mayor si tenemos en cuenta que en el último año la ciudad ha aumentado en casi 4.000 habitantes más.

En conjunto, todos los vehículos de motor experimentaron una subida de 23.384 en tres años.

La diferencia de crecimiento entre población y vehículos no resulta tan escandalosa si se considera que la mayor parte de los vigueses reside en barrios y parrquias y que cada día tienen que desplazarse al centro. A este factor hay que sumar la pérdida de pasajeros que ha sufrido Vitrasa y que ha provocado que sus usuarios pasasen del bus al volante del coche privado.

Con estos datos no es de extrañar que cada día en una ciudad con algo menos de 300.000 habitantes se produzcan 200.520 desplazamientos de vehículos.

El problema es el aparcamiento

El parque de vehículos crece en la ciudad pero las plazas de aparcamiento se quedan escasas. Compartir la zona XER con la carga y descarga elimina huecos y las tarifas de los parkings hacen temblar los bolsillos.

Además, hay muchas zonas de la ciudad en las que los edificios carecen de garajes, tales como Travesía de Vigo, Bouzas o el Casco Vello, donde el Concello ya ha puesto el ojo para desarrollar su «plan masivo de aparcamientos para residentes».

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