Uno de los espectáculos más tradicionales es la Vaquilla del Aguardiente, llamada así porque se reparten rosquillas y aguardiente entre los vecinos de la localidad antes de empezar el encierro que termina invariablemente con la muerte del animal. El toro muere desangrado en medio de las calles de la localidad ante la atónita mirada de niños pequeños, algunos de los cuales, tienen que ir todavía en brazos de sus padres por su corta edad.

Desde Ecologistas Extremadura han manifestado su rechazo a diferentes actividades en las que se maltrata a los animales que se incluyen dentro de las fiestas promovidas por los Ayuntamientos de muchas localidades extremeñas y piden que se siga el ejemplo de localidades que las van suprimiendo.

"Todas estas actividades tienen en común el uso de animales, especialmente toros y vaquillas que sufren distintos tipos de maltratos", indican Ecologistas Extremadura, "en muchas de estas actividades se da además el agravante de las personas que participan estando bajo los efectos del alcohol u otras drogas con lo que presentan conductas aún más agresivas o peligrosas de lo habitual".

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