¿Qué tienen en común el rey Juan Carlos I, Barack Obama, Ronald Reagan, McCain, Al Gore y Juan Fernando López Aguilar? Los cinco fueron o son poderosos... y siniestros, o sea, zurdos. En un reportaje publicado por el Magazine de El Mundo se pasa revista a a dirigentes políticos que firmaron los tratados y las leyes con la mano izquierda, aunque sus convicciones fueran de derechas.

Considerada una anomalía durante siglos, los zurdos tuvieron que cargar con el estigma social que equiparaba su rareza a una enfermedad, un vicio que había que corregir antes de que fuera demasiado tarde. Hoy, la falsa creencia que relacionaba a los zurdos con algún tipo de deficiencia o inferioridad está desterrada tanto de la ciencia como de la pedagogía.

Es más, en EE UU la zurdera goza de mejor consideración, pues se se cree que los que dependen del hemisferio derecho "son los buscadores de la novedad, de la innovación, los rebeldes culturales", según se afirma en un libro sobre la materia.

Además, en ese país existe un pueblo llamado Left hand (Mano Zurda), y el día 13 de agosto de cada año se celebra el Día internacional del Zurdo. En España, los zurdos han pasado de estar estigmatizados, a poder comprar objetos cotidianos adaptados a sus necesidades.

Zurdo de nacimiento

"Yo también era zurdo, pero me obligaron a escribir con la derecha". Según el ex ministro de Justicia Juan Fernando López Aguilar -también zurdo- el rey Juan Carlos le confeso este detalle de su infancia cuando vio al actual candidato del PSOE a la presidencia de Canarias inscribir con la izquierda el nacimiento de la primera hija de los Príncipes de Asturias en el Registro Real.

El propio López Aguilar hubiera pasado por el mismo trauma, pero se libró por su habilidad como dibujante, a pesar que en la década de los 60, corregir el defecto de la zurdera era una práctica en la que se afanaban muchos profesores y buena parte de los padres.

Según una de las pocas estadísticas existentes, los expertos calculan que menos de un 10% de los españoles depende de su mano izquierda. Un dato sensiblemente menor que el de EE UU, un 12%, donde la zurdera no ha sido históricamente perseguida.