La ablación en Senegal se combate cantando

  • La Comunidad colabora con la ONG Tostan para erradicar la ablación.
  • Utilizan prácticas educativas como el canto o el baile.
  • Han conseguido que 3.330 aldeas de Senegal abandonen esta tradición.
Niñas senegalesas aprenden mientras cantan y bailan. (O. F.)
Niñas senegalesas aprenden mientras cantan y bailan. (O. F.)
Niñas senegalesas aprenden mientras cantan y bailan. (O. F.)

Apenas 60 kilómetros separan Thies, una de las ciudades más grandes de Senegal (300.000 personas) de su capital, Dakar. Pero el trayecto en autobús dura hasta cuatro horas. "Aunque eso es lo normal. Un día de lluvias puede que no se llegue hasta pasadas las seis horas", afirma el guía que lleva al equipo de periodistas encargados de cubrir la expedición 'Madrid Rumbo al Sur' hacia la sede de Tostan en la ciudad, una particular ONG con la que colabora la Comunidad para promover el desarrollo de este pequeño país africano (11 millones de habitantes) y cuyos particulares métodos pedagógicos le han valido un premio de la UNESCO.

Los niños aprenden el abecedario como ustedes la tabla de multiplicar: cantando

Ellos lo llaman "educación no-formal", y consiste en formar a los habitantes de las pequeñas comunidades en las que trabaja sobre derechos humanos, prácticas higiénicas, a leer y a escribir, agricultura productiva... por medio de obras teatrales, bailes y cánticos que están basados en la tradición africana de la transmisión oral. "Los niños aprenden el abecedario como ustedes la tabla de multiplicar: cantando. Y así con todo", afirma Khalidou Sy, coordinador nacional de Tostan en Senegal.

3.330 aldeas sin ablación

Uno de sus logros más significativos es el abandono voluntario y progresivo de la ablación (una práctica que en Senegal sufren tres de cada diez mujeres, a pesar de estar prohibida, y que consiste en la extirpación de los órganos sexuales femeninos para preservar la virginidad) por parte de los habitantes de estas pequeñas comunidades gracias a las enseñanzas que imparte Tostan: en 2003 consiguieron que 118 aldeas se agruparan para abandonar la escisión. En 2004 se unieron otras 44. En 2009 está previsto que lo dejen 540 más. Si juntamos el trabajo de Tostan con el otras ONG's, la ablación ha sido abandona ya por 3.300 aldeas, el 60% del total de las que practicaba esta mutilación en Senegal.

Poco a poco van entrando en razón y abandonan esa tradición por ellos mismos
"Nuestra forma de ayuda se basa en el respeto y en la autogestión. Son los propios senegaleses los que eligen al comité que se encarga de gestionar y elegir los mejores proyectos para su comunidad, no la ONG", explica Khalidou Sy, "Por ejemplo, en nuestros programas educativos nunca hablamos de ablación. Nosotros
hablamos de higiene, de derechos humanos, de respeto por el otro... y poco a poco los habitantes van entrando en razón, y acaban abandonando esa tradición por ellos mismos", afirma.

Lala Camara. 55 años. Ha extirpado el clítoris por medio de la ablación a 100 mujeres.

Lala Camara empezó a extirpar clítoris a los 12 años. Desde entonces, y hasta que lo dejó, 30 años después, realizó unas "90 u 100 operaciones", asegura. Puede parecer un número escaso para tanto tiempo, pero hay que tener en cuenta que las mutiladas solían quedarse una semana en su casa después de la operación para recuperarse de las heridas. Ella era la n'gamane (nombre con el que se denomina a la mujer que se dedica a esta práctica en Senegal) de Baliga, una pequeña aldea de 1.300 habitantes del centro del país que en 1999 decidió, de común acuerdo entre sus vecinos, abolir esta práctica. "A mi nunca me gustó mi trabajo, pero era lo que dictaba la tradición. Ahora me dedico a vender agua de mi pozo. Nunca más volveré acoger un cuchillo para tal fin", asegura.

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