El Gobierno francés aprobó este miércoles la generalización del "ingreso de solidaridad activa" (RSA), destinado a favorecer la vuelta al empleo de beneficiarios de ayudas sociales y que será financiado por una nueva y polémica tasa sobre los ingresos del capital.
El RSA reemplazará al actual RMI y a la ayuda a los padres aislados (API) y conllevará "deberes" que el mecanismo actual no tenía. Así, la persona que lo reciba y rechace dos ofertas sucesivas de trabajo o formación perderá esa prestación económica que percibía hasta entonces.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, afirmó que el RSA es "la ilustración de trabajar más para ganar más" (su lema electoral).
El artífice del RSA, uno de los símbolos de la política de "apertura" de Sarkozy, Martin Hirsch, apuesta que el nuevo mecanismo permitirá a 100.000 beneficiarios adicionales del actual "ingreso mínimo de reinserción" (RMI) encontrar un trabajo en un plazo de 18 meses.
Un desembolso anual de 8.500 millones de euros
Según el Gobierno, unas 700.000 personas "saldrán inmediatamente de la pobreza gracias al RSA". El coste estimado del dispositivo, que puede beneficiar a casi cuatro millones de personas, ronda los 8.500 millones de euros al año.
Será financiado por los fondos actualmente destinados al RMI y al API, y por el nuevo impuesto del 1,1% sobre los ingresos del patrimonio y de inversiones financieras -como dividendos, contratos de seguros de vida e ingresos inmobiliarios-, que generará 1.500 millones de euros anuales.
La creación de la tasa, que se aplicará desde enero próximo, ha suscitado ya las primeras críticas. Para salir al paso, el Gobierno francés ha asegurado que la tasa costará como mucho dos euros al mes al contribuyente.
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