Lo primero es lo primero. Nada más acabar su ejercicio de rutina libre, el dúo de natación sincronizada española, Gemma Mengual y Andrea Fuentes, suben a la grada a saludar a la Reina Sofía; después, toca interrogatorio periodístico bajo el 'Cubo' de agua, que se ha vuelto a llenar tras el huracán Phelps.

Y al final, cuando apenas ya queda gente, Gemma Mengual nos habla de lo divino y profano: concluyó en la segunda posición , como siempre tras las rusas Anastasia Davydova y Anastasia Ermakova, y por fin ya ve la medalla olímpica en su cuello, o casi. Eso, para mañana.

¿Las 'Anastasias' ganan por decreto?

No, ganan porque son una máquina. Lo clavan todo y aguantan más que nadie. Físicamente son la bomba.

¿Cómo termina un ejercicio como estos?

Muerta. Al final no sentía los músculos. No te imaginas la paliza que es, para arriba y abajo, ahora apnea ahora subo, pierna para un lado y para otro. Me canso casi al decírtelo.

Su ejercicio, 'Flamma flamma', es una metáfora sobre sueños surrealistas...¿suele tener ese tipo de sueños?

Uy, un montón. Yo tengo muchas paranoias con la sincro: sueño que me hundo, que se me cae el moño y la pinza, que el peinado no lo tengo bien...y de repente me despierto todo sobresaltada. Yo sueño mucho.

¿Sueña con el oro o es imposible?

Casi. Algo muy raro tiene que suceder para que lo ganemos. En sincronizada no se adelantan posiciones tan fácilmente.

¿Más contenta con la actuación de los jueces en estos Juegos?

Sí, bastante más, nos están puntuando más o menos bien. Los que deben tenerlos de corbata son los japoneses, que van terceros con muy poca ventaja sobre China. A ver qué pasa mañana.

¿Y la plata ya es cosa hecha?

Casi, pero hay que nadar mañana.

¿Más ilusión la medalla en dúo o por equipos?

Las dos, quiero las dos.

¿Y cómo las celebrará si finalmente llegan?

Me quiero ir a casa y descansar con mis padres, hermanas, amigos... Y el día 26, me voy de vacaciones.

¿No hará turismo por China?

No, yo he venido a competir y ya sabía que no podría. Además, tampoco podemos estar mucho tiempo de pie en un sitio porque nos duelen las piernas.

¿Cómo fue cenar junto a Phelps?

Pues le tenía al lado, iba con una gorra y sólo se le veía una oreja. Le quise hacer una foto, pero me daba corte y no salió bien.

De lo suyo qué me dice...

Pues que es un monstruo.