La mujer que clonó a su perro violó a un mormón hace 30 años en el Reino Unido

  • Apareció hace unos días en la prensa dando cariño a sus cinco cachorros pit bull, clones de su perro Booger, ya fallecido.
  • Bernann McKinney es en realidad Joyce, la mujer que secuestró y violó hace treinta años a un mormón en el Reino Unido.
  • Podría ser extraditada.
Joyce McKinney, en una foto actual con sus perros clonados (I) y en otras dos de hace 30 años (D). (DAILY MAIL/MIRROR)
Joyce McKinney, en una foto actual con sus perros clonados (I) y en otras dos de hace 30 años (D). (DAILY MAIL/MIRROR)
DAILY MAIL/MIRROR
Joyce McKinney, en una foto actual con sus perros clonados (I) y en otras dos de hace 30 años (D). (DAILY MAIL/MIRROR)
Bernann McKinney, cuyo nombre real es Joyce McKinney, es la mujer que salió hace unos días dando cariño a sus cinco cachorros
pit bull. No sería una imagen digna de destacar si no fuera porque ellos son los
primeros perros clonados con fines comerciales. Sin embargo, no acaba ahí la historia.

Y es que, según ha recogido la prensa inglesa y más tarde también elperiodico.com, McKinney es la misma mujer que tres décadas atrás secuestró a un misionero mormón en el Reino Unido, luego lo encadenó a la cama para obligarle a tener sexo con ella durante días.

Los periodistas del Daily Mail ataron cabos cuando fueron a inmortalizar a la otrora ganadora de diversos concursos de belleza por clonar al fallecido Booger, su pit bull. Se dieron cuenta entonces de que Bernnan McKinney es en realidad Joyce, quien hace treinta años protagonizó una historia absolutamente rocambolesca.

McKinney secuestró por entonces -a punta de pistola- a Kirk Anderson, un joven mormón al que dejó K.O. con cloroformo y al que trasladó, con la ayuda de su amigo Keith May, hasta una finca situada a cientos de kilómetros.

Allí le encadenaron y le obligaron a mantener relaciones sexuales con Joyce. Él pudo escapar y denunciar el caso, por lo que ambos pasaron a prisión. Tras soltarla por problemas mentales, Joyce y Keith viajaron hasta Canadá vestidos de mimo, y más tarde volvieron a detener a McKinney en Utah por acoso. ¿Adivinan a quién? pues sí, al 'pobre' Kirk, que se había trasladado a EE UU desde el Reino Unido.

Ahora, tras pagar 33.000 euros -un tercio de su valor- a los japoneses que han hecho posible la clonación de su perro, McKinney ha vuelto a la palestra en lo que parece ser el guión de una película de serie b. Podría, incluso, ser extraditada al Reino Unido. Y es que, como se suele decir, la realidad supera muchas veces a la ficción.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento