Cuando dijo que quería ser bombera, ¿cómo reaccionaron en su casa?

No les extrañó porque un hermano mío entró en 1991. Siempre he sido aventurera y he sido voluntaria en tareas sociales.

¿Cuánto le costó entrar en el Cuerpo?

Estuve preparándome durante cuatro años y fue bastante duro.

¿Cuál fue la prueba más difícil?

Una que ya no existe: el castillete, en la que tenías que recorrer tres plantas de edificio en menos de dos minutos, escalando con cuerdas y con escaleras de percha.

¿Cómo lo vivió?

Es clave demostrar agilidad y equilibrio. Yo llevaba la prueba muy justa, pero el día del examen volé y alcncé el tiempo de los hombres.

¿Se ha sentido discriminada alguna vez?

Nunca, de hecho nuestros compañeros nos tratan como reinas y hemos demostrado que valemos.

¿Suelen presentarse muchas mujeres a las pruebas?

Cuando yo me presenté era más extraño, ahora es más normal.

En la última oposición no pasó ninguna mujer...

No sé lo que pasa. No se si les falta preparación o si tienen mala suerte. Pero yo animo a que todas las mujeres que lo deseen se presenten porque éste es un trabajo muy bonito y se está muy bien.

¿Qué es lo más bonito de ser bombero?

La convivencia con los compañeros. Realmente hay un ambiente muy familiar.

¿Y lo peor?

Cuando no hemos podido salvar a alguna persona, a veces es imposible. Se pasa realmente mal cuando vuelves de los accidentes de tráfico, especialmente si hay niños o familias involucrados.

¿Le ha ocurrido alguna anécdota?

Si eres bombera se liga más, además a las niñas les encanta vernos cuando visitan el parque. Cuando saqué a una señora de un ascensor, se me abrazó llamándome "hija mía".

CONSULTA AQUÍ MÁS NOTICIAS DE ZARAGOZA